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Piloto Luis Pardo

Un Héroe de Paz



El Teniente Luis Pardo Villalón nació el 20 de septiembre de 1882. Durante su niñez manifestó un profundo interés por el mundo marítimo.

Por la ley del aprobada el 21 de agosto de 1890, se creó la Escuela de Pilotines para formar allí Oficiales de la Marina Mercante Nacional y Pilotos para la Marina de Guerra, que pudieran hacerse cargo como Oficiales Mayores de los escampavías en servicios domésticos de puertos, comisiones varias de faros regionales o tripularan los transportes como Oficiales de su dotación.

A esa escuela ingresó el joven Pardo el 26 de julio de 1900, con 18 años de edad. Terminó sus estudios el 9 de octubre de 1903 e ingresó al servicio de la Armada como Piloto 3° el 27 de junio de 1906, pasando a integrar la sección de Desarme de los buques de la Armada, en Talcahuano.

El 13 de septiembre de 1910 ascendió a Piloto 2°, grado con el que fue enviado al Apostadero Naval de Magallanes para servir en algunos de sus escampavías. Siendo Comandante del escampavía "Yáñez", se produjo un acontecimiento que habría de llevarlo a la celebridad.

En agosto de 1914, recién declarada la Primera Guerra Mundial, zarpó de Inglaterra en su tercera expedición a la Antártica, el intrépido explorador británico Sir Ernest Shackleton, gran figura de la época que destacó por sus investigaciones antárticas y europeas.

Su intención era atravesar la Antártica desde el mar de Weddell al mar de Ross, es decir, cortar la Antártica pasando por el Polo Sur o cerca de él. Contaba para ello con el "Endurance", un velero mixto de tres palos, de 300 toneladas, con máquina a vapor y acondicionado para la empresa y el "Aurora", que debía zarpar desde Australia para recibir a los expedicionarios en el estrecho de Mac Murdo, inmediato al mar de Ross.

Lamentablemente el año 1915 fue extremadamente crudo en la Antártica y el 18 de enero el "Endurance" quedó atrapado en los hielos. Los expedicionarios, después de luchar durante diez meses contra la glacial e inhóspita naturaleza, tuvieron que soportar las presiones de toneladas de hielo, que en su constante deriva aprisionaba al buque.

El 25 de octubre la nave se montó sobre un témpano quebrándose el timón, la popa y luego la quilla. No quedó otra cosa que abandonarlo, mientras el hielo iba destrozando poco a poco su superestructura, hasta que el 21 de noviembre, el "Endurance" desapareció de la superficie del mar.

Acampando en los témpanos, los náufragos fueron derivando hasta llegar a la isla Elefante, donde se establecieron refugiándose en los botes boca abajo para cubrirse del frío.

Shackleton navegó hacia el Este, llegando a las Islas Georgias del Sur, desde ahí intento el primer rescate a bordo de un ballenero, con el que no pudo cumplir su misión, dirigiendose a las Islas Malvinas o Falkland, desde donde solicito ayuda, el gobierno de Uruguay respondió, enviando un barco, Shackleton no se movió de ese lugar. El barco Uruguayo tampoco tuvo suerte, regresando a las Islas Falkland.

De nuevo en las islas Falkland, siguió a Punta Arenas, en un cutter con la esperanza de obtener en Chile la ayuda necesaria. Recurrió entonces al Almirante don Joaquín Muñoz Hurtado, Director General de la Armada, quien pidió autorización al gobierno y con ella dispuso que el Almirante Luis V. López, Jefe del Apostadero Naval de Magallanes, le proporcionara a Shackleton un buque.

Se prefirió la escampavía "Yelcho", buque de 467 toneladas, viejo, sin calefacción y ni alumbrado eléctrico, sin radio, de borda baja y sin doble fondo. Era simplemente una audacia su envío.

Se cambió al Piloto Pardo desde la escampavía "Yáñez" al "Yelcho" y se confió en la calidad de éste y su gente, su pericia y su coraje. Lo secundaba el Piloto 2° León Aguirre Romero, que acababa de regresar del viaje de la goleta "Emma".

Luis Pardo zarpó con el "Yelcho" el 25 de agosto de 1916, navegando por ruta de canales a tomar el Beagle. Cruzó el mar de Drake con buen tiempo, muy baja temperatura y con neblinas, a veces cerradas y otras que un ligero viento permitía observar en parte el horizonte y divisar los numerosos témpanos que comenzaban a aparecer.

El día 28 la neblina se cerró totalmente. Al amanecer el día siguiente aclaró un tanto el horizonte, permitiendo ver hasta una distancia de una milla, por lo que aumentó el andar a toda fuerza. Pardo prefirió seguir navegando al máximo de su velocidad para poder llegar de día a la isla Elefante, donde se hallaban los 22 hombres del "Endurance".



El día 30 de agosto, cerca de las 11 de la mañana aparecieron las primeras rompientes del extremo norte de la isla Elefante y se reconocieron las rocas Seal, a dos y media millas de distancia. Sorteando los témpanos, la escampavía "Yelcho" comenzó a rodear la isla, oteando para ubicar el campamento, hasta que a las 13:30 horas, con general alegría, vieron a los náufragos ubicados en un bajo, teniendo por un lado un enorme ventisquero y por el otro los altos picachos de la isla.

La "Yelcho" arrió rápidamente una chalupa en la cual se embarcaron Shackleton y sus acompañantes y se dirigieron inmediatamente a tierra, donde el entusiasmo era indescriptible, en medio de vivas y agitar de trapos de indefinible color.

Después de una hora de trabajo duro para vencer las rompientes, los náufragos se encontraban a bordo de la "Yelcho".

El Piloto Pardo obró con tino e inteligencia. Las determinaciones durante la navegación fueron sabias y oportunas y supo aprovechar las circunstancias favorables del tiempo con habilidad y decisión, todo lo cual redundó en el más completo éxito.

Desde que el buque zarpó, como no tenía medio alguno para comunicar su situación ni las experiencias de ese viaje relativamente incierto, la ansiedad en el Apostadero Naval de Magallanes era aún mayor.

Al regreso, el buque experimentó un fuerte temporal en el Paso Drake, que se generalizó en toda la zona. En medio de un fortísimo temporal arribó a Punta Dungenes el 02 de septiembre. Como no pudo desembarcar para informar al Apostadero el éxito del rescate, siguió a Río Seco donde lo hizo.

Informado el gobierno, éste envió las felicitaciones del caso del Ministro de Marina, a las que se acompañaron la del Director General de la Armada. La recepción en Punta Arenas constituyó una fiesta popular.

La escampavía "Yelcho" se puso a disposición de Sir Ernest Shackleton para ser conducido a Talcahuano y Valparaíso. El buque llegó empavesado a Valparaíso y fue saludado por todas las naves de la Escuadra con sus tripulaciones formadas en cubierta y en medio de un enjambre de embarcaciones menores que lo escoltaron hasta el fondeadero, entre un ruido ensordecedor de pitos y sirenas.

Ambos personajes de singular celebridad fueron recibidos por el Presidente de la República, don Juan Luis Sanfuentes. Allí aprovechó Shackleton de agradecer la colaboración del gobierno de Chile.

Al Piloto Luis Pardo Villalón se le anotó su proeza como nota de mérito especial en su Hoja de Vida, así como se le hizo figurar con honor en la Orden del día de los buques y reparticiones de la Armada.

Fue ascendido al grado de Piloto 1°, el 7 de septiembre de 1916. Sirvió tres años más en la Armada y se acogió a retiro con fecha 23 de mayo de 1919.

Se ha publicado que con cortesía, pero con firmeza, rechazó un obsequio de veinticinco mil libras esterlinas que le habría ofrecido el gobierno británico. Estimó que no era acreedor a ese premio, porque como marino de Chile, había cumplido una misión que le había sido encomendada. El gobierno lo nombró Cónsul de Chile en Liverpool.

El Piloto 1° don Luis A. Pardo Villalón falleció en Santiago el 21 de febrero de 1935, con el grado de Teniente 1°, piloto en retiro, a los 54 años de edad. Después de haber soportado estoicamente diecinueve años atrás las bajas temperaturas del mar, sorteando témpanos a la deriva, fue víctima de una bronconeumonia, que lo llevó al sepulcro, cuando aún podía esperarse mucho de él.