Jueves 2 de noviembre de 2017
Buceo adaptado: Una experiencia inclusiva
La práctica del “Buceo adaptado” se ha trasladado al mar, razón por la cual entre 2015 y 2016, la Autoridad Marítima diseñó una Circular Marítima, la que tiene por objetivo establecer un marco normativo que regule la práctica de actividades de buceo recreativo en que participen personas con discapacidad.
Durante el 2015, diferentes organismos y usuarios marítimos consultaron a la Autoridad Marítima por las condiciones específicas para realizar buceo adaptado en el mar, por lo que el Departamento de Deportes Náuticos, dependiente de la Dirección de Intereses Marítimos y Medio Ambiente Acuático, se abocó a investigar el tema y comenzó la elaboración de una regulación que entregue las condiciones mínimas de seguridad para realizar esta actividad.
Dicho trabajo se realizó con la asesoría técnica del Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS), dependiente del Ministerio de Desarrollo Social. De esta forma, la creación de una Circular Marítima permitirá establecer un marco normativo de seguridad en la realización de actividades de buceo adaptado en aguas de jurisdicción nacional y que ya fue publicada el año 2016.
La Circular Marítima DIRECTEMAR Nº A – 41/015 fue aprobada el 23 de diciembre del 2016 con la finalidad de contar con normas que regulen el desarrollo de las actividades de buceo recreativo para personas con discapacidad, utilizándose el término "Buceo adaptado" para las actividades subacuáticas supervisadas por un instructor calificado, con fines de esparcimiento o de tratamiento indicado por un profesional médico.
Asimismo, esta actividad debe contar con la asistencia de uno o más instructores o buceadores de apoyo, independiente del lugar o ambiente en que se efectúen. Cabe agregar que por el momento el buceo adaptado no considera ni permite la realización de otras actividades subacuáticas, tales como: pesca o caza submarina, buceo de carácter competitivo, faenas de buceo comercial y/o trabajos extractivos artesanales.
Las prácticas de "Buceo adaptado" deben ser desarrolladas por entidades de capacitación de buceo deportivo previamente acreditadas por la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante y estar a cargo de instructores de la International Association for Handicapped Divers (IAHD) u otra organización internacional que forme a instructores de buceo adaptado.
El Bautismo Submarino es la primera experiencia de buceo con un equipo autónomo y consiste en un buceo asistido por un guía o instructor a una profundidad máxima de 10 metros y en un recorrido entre 25 a 30 minutos.
Mery Salazar es instructora de Buceo de "VALPOSUB" (entidad de capacitación de buceo deportivo acreditada por la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante), quien trajo a su equipo de trabajo a la playa El Pejerrey (Algarrobo) para llevar a cabo una experiencia similar a un bautismo submarino.
La actividad se efectuó con la participación de una persona con discapacidad, Gabriel Casanova, orfebre viñamarino afectado por una poliomelitis de nacimiento (parálisis en una pierna y brazo derecho).
Antes de comenzar, el participante debió llenar una solicitud para realizar actividades de Buceo adaptado entre otros antecedentes, documentos que fueron fiscalizados por la Autoridad Marítima local (Capitanía de Puerto de Algarrobo), con el objetivo de garantizar las condiciones de seguridad para su realización.
Posteriormente se dio paso a una inducción previa impartida por el instructor de buceo adaptado y el buzo de apoyo. Este procedimiento le permitió al participante familiarizarse con las medidas de seguridad, señas y los equipos que se usarán en el agua. Asimismo, el instructor debió ir evaluando su desempeño y avances, considerando aplicar un plan de contingencia autorizado, ante un eventual accidente.
Al término de la actividad, la instructora Mery Salazar se refirió al trabajo efectuado con Gabriel Casanova comentando que "utilizamos el formato de Bautismo Submarino adaptado, el cual incluía una charla previa donde vimos cuáles son las técnicas para sumergirse, es decir, que aprendiera a ecualizar, indicaciones de cómo tenía que comportarse con su cuerpo para adquirir profundidad, como desplazarse bajo el agua con sus manos. Yen una segunda etapa, el manejo del equipo de buceo con ayuda del instructor. Asimismo, el agua estaba muy clara pudiendo interactuar con especies tales como peces, hasta crustáceos, pepinos de mar y algas. Entonces, permite a una persona con discapacidad estar en otro medio y poder disfrutarlo".
Gabriel Casanova tiene 55 años y nos relató su experiencia: "Abajo del agua es maravilloso y relajante, además me permite superar las discapacidades que tengo. Yo siempre le digo a mis amigos que los límites son mentales, no físicos (...) Este país es de costa a costa, por tanto los invito a vivir esta prueba, ya que las herramientas están ahí como las rampas, la silla anfibia y los instructores capacitados de entidades acreditadas. Les aseguro que lo van a disfrutar y pasar muy bien".