Viernes 21 de mayo de 2010
Un día como hoy...
21 de mayo de 1879
"Al abordaje muchachos", fue lo último que pronunció el Comandante de la "Esmeralda", Capitán de Fragata Arturo Prat, cuando saltó a la cubierta del monitor "Huáscar"...
"Al abordaje muchachos" fue lo último que pronunció el Comandante de la "Esmeralda", Capitán de Fragata Arturo Prat, cuando saltó a la cubierta del buque enemigo, el monitor "Huáscar". Una hazaña que, sumada a las que se sucedieron durante toda la mañana del combate en Iquique, quedó en la memoria de los chilenos y que algunos periodistas presenciales estamparon en sus crónicas como el fiel testimonio de las glorias navales y que desde el 21 de mayo de 1879 año a año es conmemorado.
En el puerto de Iquique un cronista del diario peruano "El Comercio de Iquique" publicó un artículo al siguiente día de ocurrido el desenlace del bloqueo que los chilenos mantenían a través del blindado "Blanco" y las corbetas "Chacabuco" y "O´Higgins" para que la Escuadra peruana se presentara en el lugar y así disputar el dominio del mar. Aquel periodista no sólo enalteció el sacrificio del Comandante Prat, sino que también señaló que ese hecho contagió de patriotismo a los chilenos y reforzó la norma "vencer o morir" iniciada por Lord Cochrane. "Después de la catástrofe, que apagó los gritos de entusiasmo con que desde el principio eran saludados los tiros del "Huáscar" por el pueblo y el ejército, siguió el estupor y silencio de todos".
Nada hizo pensar que la decisión del Almirante Juan Williams Rebolledo, quien cambió de estrategia con el fin de hostigar los puertos peruanos, manteniendo a los buques más viejos, la corbeta "Esmeralda", la goleta "Covadonga" y el transporte "Lamar" en el puerto de Iquique continuando con el bloqueo, que desde ese momento estarían al mando el Comandante Prat, sería una decisión que no sólo cambiaría la vida de Arturo Prat y su familia, sino que también darían un vuelco decisivo en la historia de Chile.
Mientras los buques chilenos "Blanco", "Chacabuco" y "O´Higgins" zarpaban rumbo al Callao, las naves peruanas lo hacían rumbo a Arica, sin que ambas escuadras se advirtieran. Al llegar al puerto de Arica, los buques peruanos se percataron que las tres naves chilenas estaban solas en el puerto de Iquique, por lo que el monitor "Huáscar" y la fragata blindada "Independencia" se dirigieron al encuentro de los buques chilenos.
En la rada de Iquique se dieron cita cinco buques con cuyas iniciales se formó la palabra CHILE: "Covadonga", "Huáscar", "Independencia", "Lamar" y "Esmeralda". A lo lejos la tripulación nacional, que permanecía en los buques, avistó naves enemigas que portaban la bandera de combate. Esto dio la alerta para que todos ocuparan sus puestos de trabajo para enfrentar a una fuerza enemiga que era superior a la chilena. El Comandante Prat se ciñó la espada al cinto y subió a la cubierta ordenando al contador Oscar Goñi que arrojara al mar un saco con la correspondencia para evitar que cayera en manos enemigas. Ordenó izar las señales "reforzar las cargas", "venir al habla" y "seguir mis aguas", luego alentó a su tripulación, hizo virar a la "Esmeralda" hacia tierra y dio la orden de "romper el fuego" y "al ataque" lo que fue celebrado con vivas a Chile.
Mientras transcurría el combate, el cronista de "El Comercio de Iquique" escribía con detalles los sucesos que iban aconteciendo: "al habla ambos buques, el Comandante Grau intimó rendición a la "Esmeralda", pero el jefe de la corbeta chilena se negó a arriar su bandera".
La "Esmeralda" se enfrentó con el monitor "Huáscar" en lo que se conoce como el Combarte Naval de Iquique, mientras que la "Covadonga" se dirigió al sur para enfrentar a la "Independencia" en el combate llamado de Punta Gruesa. Así el conflicto se dividió en dos.
El Combate de Iquique, fue el inicio de una gran victoria, porque fue allí donde las diferentes tropas chilenas alimentaron sus fuerzas para futuras batallas. Este espíritu acompañó al Ejército cuando tomó el Morro de Arica sólo en 55 minutos y los alentó en las batallas de Chorrillos y Miraflores, por lo que según la publicación del anónimo periodista la Guerra del Pacífico se ganó en Iquique.
El Comandante Prat frente a tan grande enemigo decidió dirigir la "Esmeralda" lo más próxima a tierra, posición que dificultaba la puntería del "Huáscar" que estaba obligado a realizar disparos elevados y muy bien dirigidos para evitar muertes de los civiles que estaban apostados en la playa para presenciar el desenlace del enfrentamiento, al tiempo que gritaban "¡Viva el Perú!"
Al estar la "Esmeralda" cerca de la playa, el General peruano Juan Buendía colocó cuatro cañones en la arena con los que disparaba al buque chileno, mientras del otro lado le disparaban desde el "Huáscar", que progresivamente se comenzaba a acercar hasta establecer una distancia de 600 metros. Como consecuencia de los cañonazos, el buque chileno sufrió graves deterioros y numerosas muertes.
De forma paralela, pero más al sur se libraba un segundo enfrentamiento entre la "Covadonga" al mando del Capitán de Corbeta, Carlos Condell y la fragata "Independencia" al mando del Capitán de Navío, Juan Guillermo Moore.
A la nave chilena le era muy difícil responder los ataques del buque enemigo, ya que para poder usar su artillería debía maniobrar con el buque lo que acortaba la distancia entre este y la "Independencia", entonces la goleta chilena para evitar ser espoleada por la nave enemiga navegó cerca de la costa hasta que llegó a Punta Gruesa, donde las aguas eran poco profundas. Así, la "Covadonga" cayó a estribor para contramarchar, al tiempo que la "Independencia" aumentó su velocidad para tomar impulso y varó con toda violencia quedando su quilla totalmente destrozada. Luego el Comandante Condell disparó seis tiros a la "Independencia" obligando a ésta a que arriara su bandera y pedir botes.
Al término de este enfrentamiento, el Comandante Condell, se dirigió hacia donde estaba el Comandante Prat con el fin de apoyarlo, sin embargo, al llegar al lugar vio que la Corberta se hundía en el mar, al tiempo que el Comandante Grau se dirigía acalla la "Covadonga" para embestirla, pero al presenciar el desastre que había quedado con su escuadra en Punta Gruesa desistió de la maniobra y fue en ayuda de su tripulación.
Los últimos minutos de la "Esmeralda" fueron reflejo del coraje y unión de la tripulación al mando del Comandante Prat, quien al tener la oportunidad de saltar a la nave enemiga no dudo, a pesar que esa acción significara su muerte. Por su parte el resto de la tripulación al ver la decisión de su Comandante también combatieron hasta el fin.
"Muchachos: la contienda es desigual, pero ánimo y valor. Os aseguro, que mientras yo viva, esa bandera flameará en su lugar y si yo muero, mis oficiales sabrán cumplir con su deber".