Suboficiales Mayores de la Guarnición Naval Talcahuano que se acogen a retiro fueron despedidos en la Escuela de Grumetes

Martes 6 de diciembre del 2022

Fueron once los marinos que desenvainaron por última vez sus sables para rendir honores al estandarte de combate.

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Talcahuano. En dependencias de la Escuela de Grumetes “Alejandro Navarrete Cisterna” tuvo lugar la mañana de este martes, la ceremonia militar en la cual la Comandancia General de la Guarnición Naval Talcahuano despidió a los Suboficiales Mayores que se acogieron a retiro de las filas de Institución, quienes cumplieron más de tres décadas de servicio al país.

En esta oportunidad, el Comandante en Jefe de la Segunda Zona Naval, Comodoro Daniel Muñoz, felicitó y agradeció la entrega de los Suboficiales Mayores Mauricio Vásquez Cartes, José Vega Scurch, Rodrigo Silva Escobar, Mario Osses Riquelme, Farid Ávalos Hernández, Rodrigo Contreras San Martín, Carlos Saldías Moraga, Horacio Bernales Medina, Juan Novoa Parada, Luis Acevedo Alegría y Claudio Gómez Concha, a quienes les manifestó “gracias por el compromiso y el cariño entregado a la Armada por tantos años y por haber sido parte de la elite de la institución. Llévense a la Marina en el corazón. Aquí quedamos nosotros, con ese mismo compromiso de ustedes seguiremos la senda trazada”.

Agradecimientos que el Comodoro Muñoz también hizo extensivo a cada una de las familias de los servidores, resaltando “con ese mismo compromiso ustedes también supieron acompañaron esta aventura de ser marinos, para que cada uno de ellos pudiera desempeñar sus funciones en la Armada de Chile”.

Durante la ceremonia se hizo entrega de la condecoración “Al Gran Mérito Armada de Chile”, la que le fue conferida a los Suboficiales Mayores Rodrigo Silva, Mario Osses, Cristián Oportus y Claudio Gómez, por 34 años de servicio en la Institución, quienes en su último año vistiendo el uniforme naval, se desempeñaron como Condestables Mayores en la Comandancia en Jefe de la Segunda Zona Naval, Centro Naval de Instrucción de Reclutas, Comandancia en Jefe de la Fuerza de Submarinos y en el Centro de Abastecimiento Talcahuano, respectivamente.

La Vieja Escuela de Altivos Marineros volvió a recibir a aquellos jóvenes que en los veranos de 1988, 1989 y 1990, comenzaron su proceso de formación profesional. “En esta oportunidad se encuentran aquí, en la fila, a la cabeza del regimiento de presentación de la Escuela de Grumetes, luciendo orgullosos el grado máximo al que puede acceder, quienes egresan de esta Alma Mater, como lo es Suboficial Mayor (...)”, fueron parte de las palabras que el Director de la Escuela de Grumetes “A.N.C.”, Capitán de Navío Alejandro Arrieta, dirigió al grupo de Suboficiales Mayores.

A lo que agregó, “frente a nosotros se encuentran 11 Viejos Lobos de Mar, que han sabido cumplir con su deber y honrar el juramento que hicieron ante Dios y la Bandera, de servir fielmente a la Patria”.

Quienes hoy culminaron su navegar en la Armada de Chile, a lo largo de sus carreras sirvieron en Unidades de la Escuadra, Fuerza de Submarinos, Unidades Auxiliares e independientes, lanchas misileras, Buque Escuela “Esmeralda”, entre otras Unidades; como también, fueron instructores de Grumetes y Marineros del Servicio Militar, trabajaron en maestranzas, Centros de Abastecimientos, efectuaron faenas de buceos en distintas latitudes y dieron apoyo de base.

En otras oportunidades recorrieron el mundo representando al país, formaron parte de las primeras dotaciones de submarinos y Unidades de combate, demostrando el profesionalismo del marino chileno en otras latitudes, navegaron desde Arica hasta el Territorio Chileno Antártico y en más de alguna oportunidad recalaron en las islas de Pascua y Juan Fernández, viviendo intensamente la Marina.

“El premio al reconocimiento al servicio de la Patria y el profesionalismo demostrado toda una vida en la Armada, fue llegar a la cúspide, siendo un ejemplo para las nuevas y actuales generaciones de Marinos”, destacó el Comandante Arrieta.

Como es tradicional, los Suboficiales Mayores pusieron término a su carrera naval desenvainando por última vez sus sables para rendir honores al estandarte de combate de la Escuela de Grumetes, plantel donde con tradición y disciplina se formaron y dieron sus primeros pasos como hombres de mar en esta larga singladura.