Jueves 16 de enero de 2014
Luis Gómez Carreño
Se encargó de traer a Chile, a comienzos de 1918, la flotilla de seis submarinos clase Holland: "Guacolda", "Tegualda", "Rucumilla", "Quidora", "Fresia" y "Guale", construidos en Estados Unidos y tres años más tarde, el acorazado "Almirante Latorre" desde Inglaterra.
Destacado Jefe de Plaza de Valparaíso durante la emergencia derivada del terremoto del 16 de agosto de 1906, se vio obligado a reprimir con la última pena el robo y otros delitos, que en aquellas circunstancias hubieran agravado enormemente la trágica situación.
Nombrado en su cargo el día 17, emplazó su oficina en una carpa en la Plaza de la Victoria y desde allí se comenzó la organización para dar los primeros servicios a la ciudad, que se encontraba destruida casi en su totalidad.
En su primera Orden del Día se preocupó en organizar la alimentación, distribución de agua, sanidad, policía, retiro de escombros, extracción de cadáveres, demolición de edificos peligrosos, comercialización en almacenes de provisiones y transporte. Además, todas las tropas de Ejército y Marina y la de buques extranjeros que colaboraban en las labores de rescate, fueron puestas a sus órdenes, con lo cual rápidamente se pudo normalizar lo esencial en la vida de la ciudad. Su decidida y activa participación en la normalización de las actividades de la ciudad, lo hizo merecedor del reconocimiento público.
Se encargó de traer a Chile, a comienzos de 1918, la flotilla de seis submarinos clase Holland: "Guacolda", "Tegualda", "Rucumilla", "Quidora", "Fresia" y "Guale", construidos en Estados Unidos y tres años más tarde, el acorazado "Almirante Latorre" desde Inglaterra.
Es recordada en la Marina de Chile la anécdota que refleja la fuerte determinación del Almirante cuando en Plymouth, momentos antes del zarpe de la fuerza naval chilena compuesta por el acorazado y los cazatorpederos "Williams", "Riveros" y "Uribe", las autoridades del puerto le indicaron que por razones de mal tiempo, todo movimiento marítimo estaba suspendido.
"He avisado a mi Gobierno que zarpo hoy y no enmendaré mi rumbo", fue la resuelta respuesta del Almirante, zarpando luego rumbo a la Patria donde arribó el 20 de febrero de 1921.
Comandante en Jefe de la Escuadra, Director de la Escuela Naval y Ministro de Guerra y Marina, luego del movimiento militar del 05 de septiembre de 1924, el Vicealmirante Gómez se acogió a retiro tras cuarenta y cinco años de servicio naval, en marzo del año siguiente.
Casado en 1895 con Isabel Nicholls Thomas, el distinguido Marino tuvo cinco hijos: Carmen Isabel, Luis Alfredo, Alfredo Guillermo, Carmen Luisa y Juana Carolina, con quienes conformó una feliz familia. Dos años después de su matrimonio, viajó a Europa con el Almirante Jorge Montt Álvarez, Director General de la Armada, donde conoció en detalle la organización de cada una de las Marinas de los países visitados.
Falleció trágicamente en un accidente automovilístico en el camino de El Olivar de Viña del Mar, el 06 de enero de 1930. Un solitario monolito recuerda el trágico hecho en dicho lugar.
El nombre del carismático y enérgico Almirante Luis Gómez Carreño, "Don Luchito" o "Gómez Carreño" a secas, ha sido perpetuado en un extenso complejo habitacional existente en el sector alto de la ciudad de Viña del Mar y en el nombre de una Compañía de Bomberos de esa ciudad.