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Viernes 15 de julio de 2005

Mensaje del obispo Castrense Monseñor Juan Barros Madrid para el “Día de la Espiritualidad de la Fueras Armadas y Carabineros de Chile”

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"Se dedicaban a la oración, en compañía de... María" (Hechos 1); "su madre dijo a los sirvientes: 'Hagan todo lo que Él les diga'". (Juan 2)

Junto a la fiesta de Nuestra Señora del Carmen celebramos el "Día de la Espiritualidad de las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile". Propicia ocasión para enviar un afectuoso saludo a toda la gran familia del Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Carabineros de Chile, junto a sus Sacerdotes Capellanes, los Diáconos, Catequistas y todos los generosos servidores en nuestra Iglesia Castrense.

Es un día para la oración, principalmente para celebrar la Santa Misa, tan puesta de relieve en este 'Año de la Eucaristía'. En ella se contiene todo el bien espiritual para la Iglesia. Ha dicho recientemente el Papa Benedicto XVI que "el cristiano no debe considerar la participación en la misa dominical como una imposición o un peso, sino como una necesidad y una alegría. Reunirse juntamente con los hermanos y hermanas, escuchar la palabra de Dios y alimentarse de Cristo, inmolado por nosotros, es una hermosa experiencia que da sentido a la vida e infunde paz en el corazón".

Día para darnos cuenta con renovada conciencia, anhelo y compromiso de la importancia del cultivo de una espiritualidad en nuestras relevantes Instituciones de la Nación. Nuestro tan querido Padre Alberto Hurtado, ya muy próximo a su Canonización, dijo especialmente con ilusión para la juventud: "Dios y Patria, Cruz y bandera, jamás habían estado tan presentes como ahora en el espíritu de nuestros jóvenes. La caridad de Cristo nos urge a trabajar con toda el alma, para que cada día Chile sea más profundamente de Cristo, porque Cristo lo quiere y Chile lo necesita".

Sí, porque 'cuando somos de Cristo' hacemos el bien. Cuando cada uno de nosotros 'somos de Cristo' las familias, los barrios, pueblos y ciudades mejoran. Vamos siendo dignos hijos de nuestra Madre celestial que diariamente ha velado por nosotros desde los comienzos de nuestra historia.

En nuestras plegarias hemos tenido muy presentes a quienes fallecieron en la tragedia de Antuco, a sus familiares y al regimiento de Los Ángeles. También a quienes han padecido en el norte por el terremoto y en el sur por los temporales. Continuemos unidos en la fe, esperanza y amor.

Un agradecimiento muy sentido a todos quienes apoyan las labores de evangelización de nuestro Obispado Castrense de Chile, pidiendo a Dios que nos vaya conduciendo hacia la plenitud de la paz y gozo eterno.

Santiago, julio del año 2005.

+ Juan Barros Madrid
Obispo Castrense de Chile