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Martes 22 de noviembre de 2005

Marinos visitaron hogar de niños con SIDA

Personal del Servicio de Telecomunicaciones e Informática de la Armada compartió con pequeños de la Casa de Acogida Santa Clara de Asis, en el marco de las actividades sociales programadas por el 101 aniversario de su especialidad.

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Santiago. Servicio de Relaciones Públicas de la Armada. "Hola tía, llegué, me dolió la aguja que me pusieron...mira, mira como me quedó el brazo", son las primeras palabras que salen de un pequeño de no más de seis años mientras saca la mitad de su cuerpo por la ventana de una ambulancia que lo trae de regreso a su hogar, la Casa de Acogida Santa Clara de Asis. Exhibe un parche curita que se ve más grande de lo normal dado lo delgado y frágil que parece su brazo derecho ante los ojos de un adulto; viene de un centro hospitalario donde le suministraron los medicamentos necesarios para ayudarlo a manternerse con vida pues mientras se encontraba en el período de lactancia fue infectado por su madre con el virus del VIH/SIDA.

Imagen foto_00000003Conocer esta realidad, compartir con los pequeños, así como también interiorizarse de la noble misión que llevan a cabo las Hermanas Franciscanas Misioneras de Jesús y hacer entrega de un aporte solidario, fue el objetivo de la visita que personal del Servicio de Telecomunicaciones e Informática de la Armada realizó en la mañana de hoy a la Casa de Acogida Santa Clara de Asis, ubicado en la comuna de Recoleta, en Santiago.

El hogar, atiende a menores de meses de vida hasta los 18 años, infectados por el virus de inmuno-deficiencia humana (VIH) y SIDA adquirido por vía vertical, es decir, a través de sus madres durante el período de embarazo y/o lactancia.

 

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Este lugar acoge a 63 menores de ambos sexos víctimas de este mal y en condición de riesgo social, de los cuales 17 son internos, donde se les proporcionan los cuidados fundamentales que ellos requieren para poder sobrellevar su enfermedad y desarrollarse de manera integral y dignamente.

Según explica la hermana Isabel Lillo, una de las cuatro religiosas que viven para apoyar día a día a estos menores, los pequeños son atendidos por un equipo técnico profesional multidisciplinario, junto con personal administrativo y de servicio, además de la ayuda que brindan voluntarios y colaboradores, pese a todo lo cual los recursos con que cuentan son escasos si se toma en cuenta que el dinero requerido para atender las necesidades de un menor superan los 600 mil pesos mensuales.

En el hogar también se imparten clases para algunos menores que por su delicado estado de salud ya no pueden asistir al colegio y a otros, que aparte de haber nacido portando una terrible enfermedad, han sido discriminados y rechazados por establecimientos educacionales que no aceptan que estos niños jueguen, crezcan o compartan con niños sanos.

Imagen foto_00000001La delegación naval, encabezada por el Condestable del Servicio de Telecomunicaciones e Informática de la Armada, Suboficial Mayor Enrique González Núñez, hizo entrega al hogar de prendas de vestir, juguetes e implementos para los menores, como una forma de solidarizar y hacerse parte de una realidad que afecta a niños que contrajeron este mal, para el cual no existe una cura, en el único lugar que han conocido a sus cortas vidas y que debiera haber sido seguro, el vientre de sus madres.