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Jueves 24 de julio de 2014

Los dos nuevos Santos y su estrecha relación con las Fuerzas Armadas

Tanto Juan XXII como Juan Pablo II, realizaron su Servicio Militar y ambos tenían familiares ligados al mundo militar

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Papa Francisco junto al Obispo Castrense, Monseñor Juan Barros Madrid

En la Plaza de San Pedro en el Vaticano, en Roma, el Papa Francisco realizó el domingo 27 abril de 2014, la canonización de Juan Pablo II, tras el reconocimiento de un milagro atribuido a la intercesión y de Juan XXIII, por sus méritos de la apertura del Concilio Vaticano II.

"Este es un acontecimiento de la mayor importancia para la iglesia y también para las Fuerzas Armadas", afirma el Obispo Castrense, Monseñor Juan Barros Madrid. "Dios me permitió estar en Roma para la canonización y me acuerdo que un taxista me dijo "se está canonizando al Papa bueno y al Papa mío". Me parece que esa expresión denota lo que se estaba viviendo en ese momento histórico.

La estrecha relación de los sumos pontífices con el ámbito castrense estuvo presente desde que eran muy pequeños. Juan XXII fue muy querido por el pueblo, preocupado de la paz mundial, cuando joven realizó su Servicio Militar y después en la I Guerra Mundial sirvió como capellán. De la misma forma, Juan Pablo II, que nos dejó grabado el "hay que mirarlo a él", fue hijo de militar, bautizado por Capellán Militar y que también realizó su Servicio Militar. Además, él fue quien nos elevo a Obispado Castrense de Chile en 1986.

"La vida es una suma de experiencias, un papa como Juan Pablo II, ligado desde pequeño al mundo militar, siempre tuvo la percepción de lo importante que es el apoyo espiritual y moral a los miembros castrenses. Ambos Papas nos dejaron huella del seguimiento de Jesús, de amor a la iglesia y preocupación por el pueblo y necesitados", señaló Monseñor Barros.

Chile nació de la mano de la Santísima Virgen del Carmen, quién siempre ha acompañado a nuestros grandes héroes, el ejemplo más cercano fue Arturo Prat, quién ocupaba un escapulario de la Virgen, como signo de protección, aquel 21 de mayo. Estas tradiciones, se deben ir transmitiendo, acogiéndolas y madurándolas, porque nos marcan la ruta más provechosa para nuestro caminar como patria.

"Envío un saludo a la Familia Naval, desearles que puedan ir siempre creciendo en la integralidad de la vida y siempre conscientes que para que la vida camine hacia la plenitud, debemos tomar la mano de Jesús, él es el camino, la verdad y la vida. Él es la luz del mundo", finalizó el Obispo Castrense.