Martes 13 de julio de 2004
Dirección General del Personal de la Armada
La Marina junto a su gente
Vicealmirante Eduardo García Domínguez destacó avances en las áreas que dependen de esta Dirección General
Al cumplir tres años al frente de la Dirección General del Personal de la Armada, el Vicealmirante don Eduardo García Domínguez hizo una positiva evaluación de este período, señalando que se ha logrado una plena continuidad en proyectos que a la fecha de tomar el mando se encontraban en pleno desarrollo. Algunos de ellos ya están finalizados, mientras que otros llegaron a término a fines del presente año, como el nuevo sistema de calificación de Oficiales y la concentración física de las Direcciones del área de Personal en la ex sede de la Escuela de Operaciones. En este momento falta la Dirección de Educación, que debe llegar a fines de octubre, lo que permitirá una mejor interacción, en beneficio de la eficiencia y la productividad. Entre los que ya están completados, destacó la fusión de las Escuelas de Grumetes y de Artesanos Navales, y anteriormente la incorporación de la Escuela de Infantería de Marina en la Escuela de Grumetes.
¿Cuáles son los elementos positivos que tiene este proceso de concentración de reparticiones?
En primer lugar está la racionalización y la eficiencia en el uso de los recursos, lo que hemos hecho sin afectar la docencia, sino suprimiendo actividades auxiliares que muchas veces demandaban un gasto innecesario. Estos cambios en nada afectan la mística propia de cada una de estas reparticiones, ya que esto no depende de un edificio, sino de las personas. Los hechos han demostrado que la mística de las distintas especialidades se ha mantenido y no ha sido dañada por los cambios de sede, ya que ninguna de las Escuelas de hoy nació en su actual edificio.
¿Qué resultados aprecia en la fusión de las Escuelas de Grumetes y de Artesanos Navales?
Creo que el cambio ha sido positivo, ya que ten'amos dos Escuelas con pocos alumnos, de modo que ninguna de ellas llegaba al 50% de sus capacidades. Por lo tanto, era casi una irresponsabilidad mantenerlas funcionando de manera separada. La unión de ambas va a hacer nacer una nueva mística y también una nueva unidad de trabajo. No hay que olvidar que muchas veces los egresados de la Escuela de Grumetes se ven obligados a trabajar con los que salían de la Escuela de Artesanos Navales, momento en el que no era raro que recién se conociesen. Ahora van a tener un conocimiento previo y la interacción va a ser mucho más fructífera, que es lo mismo que nos ha pasado con la Infantería de Marina.
¿Qué avances ha habido en materia de Bienestar?
La política ha seguido centrada de manera prioritaria en dos líneas muy claras. La primera dice relación con la política habitacional. En este sentido, la Institución actúa por dos caminos: otorgar casas fiscales al personal que por razones del servicio es destinado en lugares alejados del centro del país, donde generalmente tienen su residencia familiar, y lograr que nuestro personal sea propietario lo antes posible de su vivienda en la zona central. En lo que a casas fiscales se refiere, el esfuerzo institucional tiene más de 10 años de realizaciones, lo que nos ha permitido avanzar sustantivamente en distintas zonas del país. En Iquique, por ejemplo, hemos tenido un claro progreso, habiéndose alcanzado la meta casi en su totalidad. Paralelamente estamos avanzando en la Tercera Zona Naval, donde en Puerto Williams el plan fue desarrollado completamente, y por tanto todo el personal casado que allí debe ser destinado cuenta con una vivienda fiscal asignada. En esa misma Zona Naval, en los últimos años se ha hecho un esfuerzo equivalente en la ciudad de Punta Arenas, donde esperamos seguir con un nuevo centro de gravedad. Además, estamos analizando soluciones para otros lugares necesitados, como Antofagasta, Arica y Puerto Montt, que son de menores dimensiones. Complementariamente, la Institución mantiene el esfuerzo de apoyo para que nuestro personal adquiera su casa en la zona central. En este sentido, estamos ayudando al personal de Gente de Mar a ser propietarios a razón de 200 familias al año, lo que, si bien es cierto estamos conscientes de que podríamos lograr cifras superiores, consideramos un evidente progreso.
La segunda línea de acción de la política institucional dice relación con el área recreacional, donde se está realizando un enorme esfuerzo por crear una red de casas de huéspedes, casinos de tripulación y pequeños centros vacacionales con cabañas o áreas de camping, que le permitan al personal que deba desplazarse a otras ciudades por razones del servicio en comisiones cortas, contar con alojamientos adecuados y a precios razonables. De la misma manera, queremos que nuestro personal cuente con áreas de esparcimiento y vacacionales que le otorguen una adecuada calidad de vida con sus ingresos.
¿Qué se ha hecho en materia de Sanidad?
Estamos tratando de ser más eficientes en el empleo de los recursos, y como parte de ello estamos realizando un estudio para determinar el perfil epidemiológico de los beneficiarios del sistema de salud naval. Este perfil nos va a decir dónde debemos poner nuestro centro de gravedad, en lo que se refiere a las acciones de prevención y recuperación de la salud. Las acciones de prevención, que muchas veces corresponden a actividades educativas, son parte de una tarea importante, ya que la mejor forma de garantizar un uso eficiente de los recursos de salud es que las personas se enfermen en el menor número posible.
¿Qué ha ocurrido con el Servicio Religioso?
En este aspecto, estamos dando satisfacción a las disposiciones de la Ley de Culto, para asegurar que todo aquel que requiera asistencia espiritual la tenga de acuerdo a su creencia. Esto lo garantizamos a través de directivas que permiten que los mandos actúen con una doctrina común en los casos necesarios. Por otro lado, en lo que al Servicio Religioso de la Armada se refiere, nos vemos afectados, igual que en todas partes de Chile y el mundo, por una carencia de sacerdotes. Tenemos uno nuevo participando en el crucero de instrucción del buque escuela "Esmeralda", que esperamos se incorpore como capellán al regreso, al igual que un sacerdote que nos está ayudando en Santiago.
¿Cómo ha avanzado el proceso de racionalización del personal?
La última cifra que tenemos como meta es de aproximadamente 21.000 hombres, lo que se considera una cantidad adecuada para la Marina de Chile. Estamos reduciéndonos gradualmente en aproximadamente 400 personas al año, mediante un sistema que consiste en disminuir los ingresos en la base, pero manteniendo la cantidad de egresos. Esto significa que se ha mantenido la cantidad de gente que se retira anualmente de la Armada en aproximadamente 1.200 personas. Muchas de ellas se van en forma voluntaria, otras por razones disciplinarias, y un porcentaje cercano al 50% se va de acuerdo a la cuota anual de retiros. En cambio, estamos haciendo ingresar anualmente entre 700 y 800 personas. Esto arroja un diferencial de 400 personas y explica por qué nos vamos a demorar cerca de 10 años en disminuir la dotación de la Armada hasta las 21.000 personas. Yo sé que a este respecto existe una permanente preocupación en nuestro personal, y el mensaje que quisiera transmitirles es de tranquilidad, porque los procesos están adecuadamente regulados y no hay ninguna intención de acelerar la disminución.
¿Qué oportunidades de desarrollo profesional ofrece para el personal activo la llegada de nuevos submarinos y unidades de superficie?
En esta área es evidente que la incorporación de nuevas unidades abre grandes posibilidades para muchas personas de nuestra dotación institucional. En concreto, ya están preseleccionadas las dotaciones de las dos primeras fragatas holandesas, y todas estas personas son gente que tiene la aptitud profesional, los conocimientos y la preparación, pero aquí se presenta un elemento muy gravitante, que es su dominio del idioma inglés, es decir, algunos de los preseleccionados no podrán ir en esta oportunidad por no tener el nivel de dominio del inglés que la comisión requiere. No podemos olvidar que este personal tiene la enorme responsabilidad de recibir los conocimientos necesarios para operar los nuevos equipos, que en muchos casos son tecnologías nuevas, y luego traspasarle ese conocimiento al resto de la Institución, por lo que no podemos correr riesgos de pérdida en este proceso por falta de dominio del idioma en que se realizará la relación, que es el inglés. Toda oportunidad es a la vez un desafío, y quiero destacar la importancia que tiene esta lengua para ser un buen profesional, no solamente para relacionarse con otras Marinas, sino también para poder estudiar y leer libros técnicos. El actual nivel de inglés de la Marina, sin ser malo, es insuficiente, en particular porque, si bien tenemos Oficiales y personal de Gente de Mar que posee un adecuado dominio, la cantidad es reducida para el nivel de las necesidades, las que cada vez son mayores, de modo que mi recomendación al personal en todas sus categorías es que en forma individual tomen la decisión de aprender inglés, porque de nada sirven los esfuerzos de la Armada sin la voluntad personal, y esto les va a abrir nuevas oportunidades profesionales y personales. Hay que tener en cuenta que la renovación de la flota no se termina con las cuatro fragatas holandesas, ya que luego van a aparecer otras demandas.
¿Cómo ve la preparación para tomar parte en misiones de paz?
Nuestro personal está en excelente pie para cumplir estos roles y de hecho lo hemos demostrado. La Infantería de Marina se presta muy bien para cumplir el rol de fuerza en tierra, pero paralelamente puede ser requerido que aportemos un buque para cumplir un rol netamente marítimo, y tenemos las capacidades para hacerlo. En la medida que se requieran aeronaves y exista disponibilidad, también tenemos gente preparada para esto.
¿Qué resultados ha visto en nuestra participación en Haití?
Está recién empezando, pero se ve que nuestras fuerzas no han tenido problemas para integrarse a las del Ejército y a las demás naciones. Hasta ahora no se han encontrado con dificultades fuera de lo previsto. Acá en Chile, una de nuestras tareas prioritarias es otorgar tranquilidad para que las dotaciones cumplan con su deber, y hacer que sepan que la Institución está detrás y que sus familias van a tener el apoyo que necesitan. En ese aspecto, ya hemos tenido algunos casos en que se ha demostrado que estamos preparados para prestar ese apoyo tan importante para nuestro personal y sus familias.
La Dirección General del Personal de la Armada es el organismo de alto nivel encargado de la administración de los recursos humanos, seleccionando, formando y manteniendo en todo momento el personal altamente calificado para el desempeño de sus funciones, en el aspecto técnico-profesional y en aquellas virtudes que inciden en una fortaleza ético-espiritual, necesaria para enfrentar las exigencias de la guerra en el mar con una alta moral combativa.
De la Dirección General del Personal de la Armada dependen los siguientes organismos: Dirección de Bienestar Social de la Armada, Dirección de Educación de la Armada, Dirección de Sanidad de la Armada, Servicio Religioso de la Armada.