Viernes 3 de diciembre de 2010
La Escuela de Armamentos y especialidad de Artillería Naval cumplió 118 años
En este nuevo aniversario los artilleros renovaron su compromiso con el lema de la especialidad: pegar siempre primero, pegar fuerte y seguir pegando.
Valparaíso. Dirección de Comunicaciones de la Armada. Este jueves 3 de diciembre se celebró el 118º aniversario de la creación de la Escuela de Armamentos y de la especialidad de Artillería Naval.
La ceremonia, realizada en el Patio de Honor de la Facultad de Sistemas de Armas de Viña del Mar, fue presidida por el Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Edmundo González Robles, el artillero en servicio activo más antiguo de la Institución. Además estuvo acompañado por el Director de Educación de la Armada, Capitán de Navío Gastón Massa Barros, junto a parte del Alto Mando Naval, invitados especiales extranjeros presentes en Valparaíso en el marco de la Exponaval 2010 y diversas autoridades, tanto civiles como militares.
"La artillería de hoy es una ciencia cada vez más compleja, pero al igual que ayer, antes que nada sigue siendo por esencia un trabajo en equipo, de mucho esfuerzo y por sobre todo mística, donde todos y cada uno de los integrantes de una batería son vitales para el éxito", señaló en su discurso el Capitán de Navío Felipe García-Huidobro, dirigiéndose al destacamento de presentación formado en el Patio y a los presentes.
A la vez agregó "en estos doscientos años, la Artillería Naval ha contribuido al cumplimiento de la misión de la Armada, tanto en la guerra como en la paz y ha impulsado decididamente el desarrollo tecnológico en la Institución y en el país".
Cañón de Desembarco
Como es tradicional, la ceremonia incluyó con la presentación del ejercicio de Cañón de Desembarco, realizado por parte de la dotación de la Facultad de Sistemas de Armas. Este ejercicio recrea una de las proezas artilleras más notables de la Armada durante la Guerra del Pacífico. El Comandante de la goleta "Covadonga", Capitán de Corbeta Manuel Orella, dirigió la maniobra de desembarcar y subir la artillería de campaña del Ejército por los empinados arenales del Puerto para así trasladar los cañones desde la playa hasta una meseta cuya altura rondaba los 300 metros.
La complicada maniobra que movilizó cañones de 76 mm, 23 calibres y un peso de más de 250 kilos, permitió que la balanza de la victoria se inclinara hacia las armas chilenas.
Ejercicio nocturno
Tras la retirada de la dotación del Cañón de Desembarco a los sones de "Gloria y victoria", la ceremonia continuó con el ejercicio nocturno con batería de playa.
El material que compone esta batería corresponde a viejos cañones, que al término de su servicio a bordo, se encuentran hoy mirando al mar frente a la Facultad. Durante este ejercicio, estos cañones vuelven a tronar como muestra de su poder de antaño, en un espectáculo que es seguido con atención por quienes circulan a esa hora por la playa Los Marineros.