Lunes 10 de enero de 2005
La Armada siempre presente en la Antártica
Fue en la Base "Arturo Prat", que por vez primera ciudadanos chilenos, particularmente de la Armada cubrieron una ininterrumpida permanencia en tierras antárticas. Funciones que se prolongaron hasta el año 2004, cumpliendo labores en un crudo e implacable clima, aislados en aquella inmensa soledad y silencio envolvente, destacaron hombres dotados de gran coraje y decisión.
Las actividades que ha realizado la Armada en la Antártica, no sólo se enmarcan en hacer soberanía chilena en el lugar, sino también llevar a cabo diversos estudios científicos. Desde el año 2002 ha trabajado en conjunto con el centro de estudios de la Nasa y el Centro de Estudios Científicos de Valdivia, cuyo objetivo es determinar cambios climáticos, espesores de los glaciares en la zona de Campo de Hielo de la Patagonia chilena para así poder prever impactos futuros.
Sin embargo, la Base Prat cumplió un ciclo definitivo a las 18:00 horas del 23 de febrero. Hora y día que marcaron el cierre de la Base Prat. Por última vez se izaba el pabellón nacional en una ceremonia presidida por el Comandante del Rompehielos "Almirante Viel", Capitán de Navío Rodrigo de la Maza Riquelme.
La reorientación de los esfuerzos institucionales de la Armada se reflejaron en la 57º Campaña Antártica que realizó entre fines del año 2003 y principios de 2004. Que señalaba la nueva etapa de la Base "Arturo Prat". Ésta debía funcionar sólo en la temporada estival. Para ello, más de 15 mil kilómetros navegó la dotación del Rompehielos "Almirante Viel" con una clara misión: mantener presencia naval nacional en el territorio Antártico, apoyo logístico a los operadores antárticos, apoyo de búsqueda, rescate y salvataje marítimo y las actividades para el combate contra la contaminación marítima.
La Armada de Chile abocada a sus nuevas funciones en el continente helado, durante el verano de 2003/2004 prestó con éxito apoyo a diversas Bases científicas, tanto nacionales como extranjeras, tales como las Bases "Eduardo Frei"; "Bernardo O´Higgins"; "Luis Risopatrón". Entre las extranjeras apoyó a "Rey Juan Carlos I", "Chang Chen"; y refugio "Machu Pichu".
Otra de las actividades que desempeñó el Rompehielos "Almirante Viel" fue participar en la Patrulla Antártica Naval Combinada (PANC), cumpliendo labores de forma conjunta con la Armada Argentina. El propósito fue salvaguardar la vida humana en el mar, desde Cabo de Hornos hasta el territorio Antártico. En cuanto a la presencia de personal, se activaron las Capitanías de Puerto de Bahía Fildes y Bahía Paraíso, creándose también la Alcaldía de Mar en Rada Covadonga.
Para el período estival 2004/2005 ya comenzó una nueva Campaña Antártica a cargo del Rompehielos "Almirante Viel", la que dentro de sus objetivos está el apoyo al Cuerpo Militar de Trabajo, a la Patrulla Antártica Naval Combinada (PANC) entre Chile y Argentina; el apoyo de material para la ampliación de la losa del aeropuerto "Teniente Marsh" de la Base "Frei" de la Fuerza Aérea y el transporte de combustible que es un recurso vital para la sobrevivencia en las australes tierras.
La Historia de la Armada en el Continente Helado
La Base Prat que prestara servicios durante 57 años, orientados al apoyo a la comunidad científica nacional e internacional participando en trabajos meteorológicos, oceanográficos, biológicos, seguridad marítima y combate a la contaminación, se remonta al gobierno de don Gabriel González Videla y puntualmente a las 16:00 hrs del 6 de febrero de 1947, cuando en una solemne ceremonia comenzaba a flamear la bandera chilena en la Base "Arturo Prat" en la Antártica. El Comodoro Federico Guesálaga Toro escogió como base de sus exploraciones la isla de Greenwich, seleccionando la bahía Descubrimiento para construir la Base.
En el viaje oficial a la Antártica estuvieron presentes las naves "Iquique" y "Angamos", comandada la primera por el Capitán de Fragata, Ernesto González Navarrete y la segunda, por el Capitán de Fragata, Gabriel Rojas Parker.
La construcción de la Base comenzó el 27 de enero con el desembarco de los elementos enviados en las naves y una expedición de científicos, intelectuales, periodistas, hombres de letras, fotógrafos y observadores en general, a parte de las delegaciones del Ejército y la Fuerza Aérea.
El primer trabajo realizado en las australes tierras consistió en la construcción de un muelle que permitiera el desembarco de materiales. Luego se levantó un edificio prefabricado semicircular de 14 metros de largo por 3.4 metros de radio. Este edificio quedó amarrado al terreno por 10 vientos de acero destinados a sostenerlo de las intensas tempestades invernales. El trabajo se llevó a cabo en 29 días, gracias al entusiasmo y eficacia sorprendentes. Se trabajó sin distinción de rangos, profesiones u oficios con apenas cuatro a cinco horas de descanso, soportando temperaturas inferiores a los cero grados centígrados, bajo la nieve o la lluvia y azotados por el glacial viento.
