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Jueves 5 de enero de 2006

Estímulos profesionales: motivación del espíritu del Soldado del mar

Por Suboficial Mayor IM Enrique Cossio Herrera

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El Comandante del Destacamento Cochrane CF. IM. Juan Sielfeld Figueroa entrega el Gallardete de Espíritu de Cuerpo, a la Compañía de Fusileros IM. Nº 412.

El Destacamento "Cochrane" forma en su Patio de Honor. Son Infantes de Marina quienes en geométrica simetría, se alinean en una perfecta formación emulando a belicosas legiones de selectos guerreros. Todas las Unidades lucen orgullosas su Banderín de Identificación y esperan con ansias conocer cuales de ellas lucirán los tan preciados trofeos de combate: los Gallardetes de Mérito.

Mientras tanto el sol, a través de unos esquivos rayos de luz, trata de liberarse de la agonía que le presagian las singulares nubes borrascosas que viajan empujadas por el suave viento Sur; aún así, la temperatura es agradable y es que ya comienza Diciembre, nos sentimos cómodos...estamos bien.

Así comienza esta ceremonia tan nuestra, donde se entregan los estímulos de Espíritu Profesional a los mejores Infantes de Marina y los Gallardetes de Mérito a las diferentes Unidades Fundamentales deL Destacamento, que durante el año, han alcanzado el mejor nivel de desempeño en las actividades características de entrenamiento.

 

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El T2º IM. Hugo Huerta Fernández entrega diplomas de honor a los IM. más destacados por su condición física en sus respectivas Unidades. En la foto se aprecia el S1º Hernández de la CO.FUS.IM. Nº 412, C1º Covarruvias de la CO. PM. Nº 410 y al C1º Aguilera del G.A.L Nº 429.

Durante la corta espera y mientras esperamos la llegada de nuestro Comandante, inevitablemente nuestras mentes comienzan a divagar rememorando aquellos acontecimientos ocurridos durante el año que ya se va. Atrás quedaron aquellos cortos y fríos días de invierno que más de una vez nos sorprendieron rindiendo el Test Físico Integral, oportunidad en que se debe realizar una carrera donde se lucha segundo a segundo contra el cronómetro a lo largo de interminables 6400 mts., librando una batalla contra nosotros mismos, sin importar las bajas temperaturas que retardan el necesario calentamiento muscular o aquel gélido aire que cada vez se hace más escaso entrando en irritantes bocanadas a los bronquios, oportunidad donde el corazón, en ocasiones, alcanza más de 180 latidos en un minuto, tratando de encontrar el tan necesario oxígeno para alcanzar la meta.

Así también recordamos aquellos difíciles días durante un tiro de clasificación en Polígono, donde no es fácil la tarea de lograr la perfecta armonía del binomio Hombre - Fusil, producto del viento predominante del SurWeste, que sopla por el frente, o al fuerte brillo que produce el resplandor de la blanca nieve, o el entumecimiento de las manos producto de las bajas temperaturas. A pesar de todo esto, hay que dar en blanco para cumplir con el necesario entrenamiento de todo Infante de Marina.

Aquellas largas y silentes travesías en botes de goma, los que, cual siniestras figuras oscuras, cabalgan sobre un impredecible mar, llevando en su vientre una letal carga de Infantes de Marina dispuestos a infringir el mayor daño en los lugares más inesperados, desafiando las temibles temperaturas bajo cero y las heladas aguas Magallánicas.

Y una vez que desembarcamos en tierra, nos esperan marchas de largo aliento por la abrupta geografía, común en estas gélidas tierras, cargando una pesada mochila que ya al tercer día comienza a causar molestos dolores en la espalda. Pero hay que aceptarlo y asimilarlo ya que en nuestra conciencia está muy claro que al final, a pesar de su peso, ella será el seguro de vida que nos permitirá sobrevivir en el Campo Táctico, en aquellos agrestes y desconocidos parajes que quizás sólo la bota del Cosaco ha pisado, involucrados en agresivas y agotadoras Acciones Ofensivas o formando parte de una paciente y desgastadora Posición Defensiva. Son nuestras mochilas las que transportan las raciones de combate, la ropa de abrigo y lo más importante, la apreciada munición.

El toque del clarín nos regresa a la realidad, el Sr. Comandante ha llegado a presidir la ceremonia.

Por fin ha llegado el momento tan esperado por algunos. Comienzan a nombrar a todos aquellos afortunados que por su destacado desempeño durante el año, se hacen merecedores a recibir un Estímulo Profesional, ya sea por ser el mejor en las disciplinas de Tirador con Fusil, Estándar Físico, Combatiente Individual y Orientador Terrestre.

Son llamados al frente militarmente, uno a uno van recibiendo los esquivos diplomas de manos de algunos oficiales, mientras los sones de alegres toques de diana alegran el ambiente. Para muchas personas quizás sea sólo eso, un diploma, pero para aquellos que han hecho de la Infantería de Marina una forma de vida, esta presea representa la coronación a toda una etapa de esfuerzo y sacrificio, donde no sólo ha sido preponderante el estado físico, sino que también fueron muy importantes su férrea voluntad y por sobre todo el espíritu del soldado, ese espíritu tan difícil de describir pero tan fácil de identificar; ellos son los principales factores de fuerza del Infante de Marina y que de una u otra forma los hacen diferentes a los demás.

En el caso de las Compañías, el codiciado Gallardete de color Rojo, Eficiencia de Combate, que se otorga a la Unidad que rindió la mejor Revista de Inspección de Combate y el de color Verde, Espíritu de Cuerpo, que se otorga a aquella con menor índice de faltas a la disciplina y que se destacó por su tenida y mantenimiento de sus sectores de responsabilidad, quedará en poder de la Compañía de Fusileros IM Nº 412. Por otra parte, el Gallardete color Azul, Espíritu Deportivo y Alistamiento Físico, ha sido obtenido por la Compañía IM Nº 410 y Batería AC. Nº 421.

El Sr. Comandante colocará los Gallardetes junto al Banderín de cada Compañía premiada, haciéndolas merecedoras de portarlos y lucirlos, hasta el próximo año.

Acto seguido, el Sr. Comandante entrega el trofeo "Destacamento IM. Nº 4 Cochrane", a la Unidad que resultó vencedora en la Competencia deportiva interna, la que fue muy reñida y a la vez muy sana y entretenida. El trofeo quedó en poder de la Compañía de Fusileros IM. Nº 412, después de sumar los puntajes en las pruebas de Boga en Bote MK-V en el mar, Cross Country y Tirar la Cuerda.

Hay saludos militares, abrazos, apretones de manos. Los que tuvieron la satisfacción de ser nombrados al frente, lucen orgullosos el justo reconocimiento, ellos tendrán una historia más que contar a sus camaradas de armas, ya sea al amparo de una reconfortante fogata en campaña o en la distensión de un buen trago en la cámara. Para los demás sólo queda efectuar un leal y sincero voto de admiración por quienes ahora fueron premiados, sin olvidar que quizás en un futuro no muy lejano, con un dedicado trabajo y constante esfuerzo, se puedan superar aquellas cualidades....y quien sabe, quizás el próximo año puedan estar formados al frente, ahí en ese lugar de privilegio.