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Miércoles 20 de mayo de 2009

Descendientes del CA Arturo Fernández Vial donan pertenencias al Museo Naval

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Durante la ceremonia, el Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Rodolfo Codina Díaz, entregó a los descendientes del Contraalmirante Fernández un diploma de donación y el libro "La Marina de Chile día a día", del Capitán de Fragata IM (R) Enrique Merlet Sanhueza.

Valparaíso. Dirección de Comunicaciones de la Armada. Este martes 19 de mayo, descendientes del Contraalmirante Arturo Fernández Vial donaron parte de sus pertenencias al Museo Naval y Marítimo de Valparaíso.

La donación fue realizada por sus nietos Pámela Fernández de Simian, Luz María Fernández de Bauerle y Pedro Naveillán Fernández junto al tataranieto del Contraalmirante Fernández, Matías Kúsulas Balmaceda. A nombre de la familia hizo uso de la palabra el bisnieto del Contraalmirante Fernández, Felipe Simian Fernández, quien señaló que en su familia siempre se han sentido orgullosos de ser descendientes de un marino tan ilustre, y por ello decidieron realizar esta donación confiados en que "servirán para mostrar a las futuras generaciones lo que uno de los suyos hizo por amor a la patria".

En nombre del Museo agradeció el gesto su Director, Capitán de Navío Patricio Valenzuela Sotomayor, quien se mostró orgulloso de incorporar a su colección "condecoraciones, medallas, certificados, charreteras, banda para Almirantes, presillas, cintas y dragonas de tan insigne marino. Es destacable la generosidad de esta familia que se desprendió de objetos únicos que revisten un especial significado emocional".

 

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Los objetos donados estarán en exposición en el Museo Naval y Marítimo de Valaparaíso.

Contraalmirante Arturo Fernández Vial

El Almirante Fernández, a los 21 años de edad, formó parte del grupo de héroes del Combate Naval de Iquique, bajo las órdenes del Comandante Prat. Destacó en el combate por su arrojo al desempeñarse como "Cabo de Cañón", puesto que asumió en forma voluntaria al ver que las santabárbaras que tenía a su cargo se inundaban como resultado de los espolonazos del Monitor Huáscar.

Durante el combate, al enterarse de la muerte de su Comandante, el entonces Guardiamarina Fernández subió por alto a clavar el pabellón patrio al tope de la mesana de la "Esmeralda", demostrando la decisión de esa tripulación de combatir hasta rendir la vida si fuese necesario.