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Miércoles 2 de noviembre de 2011

Culmina restauración de tumba de Guardiamarina chileno en Hong Kong

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Las obras llevaron dos meses y se debió nivelar el terreno y restaurar la escultura.

Dirección de Comunicaciones de la Armada. A pocos días de conmemorarse el 111° aniversario de la muerte del Guardiamarina Carlos Krug Boonen, ocurrida el 7 de noviembre de 1900, en instancias que dicho oficial formaba parte de la tripulación de la corbeta "General Baquedano", han culminado los trabajos especializados contratados para la restauración de su tumba, ubicada en el histórico cementerio católico de St. Michael´s, en Hong Kong.

Se trata de la única tumba de un oficial de las Fuerzas Armadas chilenas fallecido en el extranjero mientras cumplía con su deber, emplazada lejos de nuestro territorio, lo que constituye un ícono tangible del desarrollo de las relaciones integrales de Chile en Asia. Los trabajos han sido una de las prioridades de acción para el Consulado General de Chile en Hong Kong, a cargo del diplomático Mario Ignacio Artaza. Estos fueron posibles gracias al aporte realizado por el empresario Roberto de Andraca, quien desde su inicio se sumó al proyecto indicando que "los grandes países no olvidan a sus muertos". Tanto Artaza como de Andraca son oficiales de la Reserva Naval Yates.

Las obras se llevaron a cabo durante un período de dos meses, por parte de un equipo de profesionales expertos en la recuperación del patrimonio histórico hongkonés. Dado que a la tumba no se le realizaba una mantención hacía varias décadas, se debió en primer lugar proceder a nivelar el terreno en donde se encuentra ubicada, la cual está próxima a una pendiente. Luego se trabajó en la restauración completa de la escultura de mármol, la cual presenta detalles significativos para identificar que se trata de un lugar donde descansan los restos mortales de un oficial de la Armada de Chile, quien desde muy joven sintió un especial afecto por el mar. A modo de ejemplo, el ancla sin uñas en la escultura, refleja - según el equipo encargado de la restauración - "que el alma del desaparecido Guardiamarina no está fija en Hong Kong, sino que más bien continúa navegando y descubriendo nuevos puertos".

La adición de nuevas piezas de mármol gris han permitido develar una nueva lápida para la tumba del oficial chileno en un cementerio que es permanentemente frecuentado por visitas locales y foráneas, debido a la presencia de las tumbas de diversas personalidades de la historia hongkonesa que ahí reposan, entre los cuales se encuentran oficiales de la marina británica; figuras del gobierno colonial; misioneros y religiosos de diversas órdenes sacerdotales y connotados empresarios que contribuyeron a ubicar a Hong Kong en el mapa económico, comercial y financiero, desde mediados del siglo XIX a la fecha.

 

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El Guardiamarina chileno nació en Valparaíso y egresó de la Escuela Naval con la Primera Antiguedad de su curso.

Hijo de un distinguido oficial de la Armada de Chile, herido por una granada lanzada desde el monitor "Huáscar", el 28 de agosto de 1879, durante el combate naval de Antofagasta, el Guardiamarina Carlos Krug Boonen nació en Valparaíso el 23 de enero de 1881, egresando de la Escuela Naval con la distincción de ser la Primera Antiguedad de su curso. Poco se sabe de su vida y no se cuentan con fotografías individuales del mismo. Al momento de su muerte, el Guardiamarina se encontraba embarcado a bordo de la corbeta "General Baquedano" en momentos que ésta había recalado en Hong Kong, tras una navegación desde Japón. En aquellos años, la "General Baquedano" circunnavegaba el planeta cumpliendo un intenso crucero de instrucción.

La restauración de la tumba del Guardiamarina Carlos Krug Boonen en Hong Kong le da un valor adicional a las relaciones entre Chile y esa Región Especial Administrativa de la República Popular China. A la vez, constituye un referente tangible de la larga historia de nuestro país en aquellas latitudes donde, en 1845 y por orden del entonces Presidente Manuel Bulnes, Chile se convirtió en el primer país latinoamericano en poner en marcha una oficina de asuntos consulares y comerciales en Cantón, para supervisar el derecho a comerciar sobre el mismo pie de igualdad que cualquiera otra nación.