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Miércoles 14 de septiembre de 2011

Comandante en Jefe de la Armada asistió a despedida de Felipe Cubillos en Algarrobo

El Almirante González, a bordo del yate “Caleuche” de la Escuela Naval, depositó una ofrenda floral en las aguas algarrobinas donde las cenizas de Cubillos fueron depositadas por su familia. “El mejor homenaje es despedirlo aquí, donde se inició en la vela”, señaló.

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El Almirante González recordó a Felipe Cubillos como un gran marino, hombre feliz y realizado.

Algarrobo, Dirección de Comunicaciones de la Armada. A la despedida fúnebre del empresario y navegante Felipe Cubillos, fallecido en el accidente del pasado viernes 2 de septiembre en Juan Fernández, asistieron amigos, familiares y compañeros de ruta, quienes revivieron lo mejor del espíritu de este emprendedor, que durante su adolescencia vistió el glorioso uniforme de Prat, mientras fue cadete de la Escuela Naval.

 

En Santiago, durante la mañana de este martes 13 de septiembre, la misa de exequias se realizó en la Parroquia San Francisco de Sales, donde uno de sus amigos, Gerardo Varela, contó que el día del fatal viaje Felipe le dijo a su hija: "si me pasa algo, me tiran flores al mar", y eso fue exactamente lo que sucedió un par de horas más tarde en las aguas azules y profundas de Algarrobo, frente al Club de Yates y Cofradía Náutica del Pacífico, en donde Felipe Cubillos aprendió el arte de navegar de las manos de sus padres quienes le alentaron a surcar el mar.

A la ceremonia, que se extendió por más de dos horas, acudió a despedirlo el Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Edmundo González Robles, quien estuvo acompañado de su esposa, Patricia Corssen.

A la hora de recordar a Felipe Cubillos el Almirante González no escatimó en elogios al recordar su obra que plasmó en el proyecto "Desafío Levantemos Chile". "Estamos despidiendo con mucha tristeza a un gran marino, que estuvo cerca de tres años en la Escuela Naval donde aprendió a ser marino, buscando más tarde la profesión de abogado. Fue un hombre feliz en su vida, realizado; la vela siempre lo atrajo. Conocí a Felipe hace muchos años e incluso nuestra familias están ligadas por una amistad muy antigua, mi padre era muy amigo de su padre y de su abuelo. La relación fuerte con él se parte gestando cuando asumí la dirección del Territorio Marítimo y Marina Mercante hace unos cinco años atrás", comentó.

 

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La despedida culminó con una romería en el mar donde yatistas, embarcaciones menores y pescadores rindieron un homenaje lanzando ofrendas florales.

Sin duda que los deportes náuticos fueron una de las pasiones de Cubillos y sobre esto el Almirante González recordó: "En su afán de promover la vela a nivel nacional Felipe siempre quiso flexibilizar las normativas para los deportes náuticos en el país, y en esa iniciativa le encontramos razón y yo personalmente lo apoyé y juntos sacamos adelante un nuevo reglamento que él en vida alcanzó a ver y de alguna manera nos dio su bendición para esta normativa".

 

Finalmente, un emocionado Almirante contó: "Felipe Cubillos era un ave muy libre e incluso se definió como un albatros y yo creo que ahora está en esa condición y se encuentra volando y mirándonos desde lo alto. Por eso creo que el mejor homenaje que le podemos hacer a un gran marino y un hombre de proyección, es venir a despedirlo donde él nació a la vela, donde nació al mar que fue justamente en esta Cofradía".

En Algarrobo los restos fueron despedidos a nombre de la Armada por el Director de Comunicaciones de la Armada, Capitán de Navío Cristian Figari Oxley, compañero de generación de la Escuela Naval y amigo de Felipe Cubillos. En sus palabras recordó su paso por la Escuela naval y resaltó sus cualidades de líder y destacado navegante.

 

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La misa fue realizada en la Parroquia San Francisco de Sales.

Además dijo: "tu prematura partida no hace más que ratificar que todo lo que hiciste desde que te conocimos, te distinguió como un idealista perseverante y gran hombre. Te deseamos Viento a un Largo en esta nueva singladura y descansa en paz", dijo el Comandante Figari.

La despedida en Algarrobo culminó con una romería en el mar donde yatistas, embarcaciones menores y pescadores rindieron un emotivo homenaje en la aguas en donde lanzaron ofrendas florales y rindieron el último homenaje marinero a Felipe Cubillos.