Jueves 18 de noviembre de 2004
Comandancia en Jefe de la Segunda Zona Naval adhirió al homenaje efectuado al pintor Héctor Robles Acuña
Artista recibió el reconocimiento de quienes por años fueron su inspiración para crear sus obras
Talcahuano. Departamento de Relaciones Públicas de la Segunda Zona Naval. Un emotivo homenaje se realizó el pasado 17 de noviembre al destacado pintor nacional Héctor Robles Acuña por sus 65 años de trayectoria artística, en el Centro Cultural de la Alianza Francesa de Concepción.
En esta ocasión la pintora Isabella Binimelis expuso acuarelas de su colección "la última brisa" para recaudar fondo que irán en ayuda para paliar las secuelas económicas que ha provocado la enfermedad que padece este maestro de los pinceles, Héctor Robles Acuña, a sus 85 años de edad.
La Comandancia en Jefe de la Segunda Zona Naval no quiso estar ausente en este homenaje, ya que este hombre que dedicó su vida al arte de la pintura estuvo muy ligado a la Institución, plasmando en sus obras las actividades y las grandes epopeyas protagonizadas por los hombres de mar de la Marina de Chile, que constituyen testimonios del pasado y presente institucional.
Fue así, como el Comandante en Jefe de la Segunda Zona Naval, Contraalmirante Daniel Arellano Walbaum, acompañado de una delegación de la Escuela de Grumetes "A.N.C." hizo entrega de una carta de reconocimiento a la esposa del pintor Rebeca Cortés, por la extraordinaria labor artística y el valioso aporte cultural que efectuó el Maestro.
"Héctor Robles Acuña tiene un significado muy especial para la Armada, cuando uno habla del maestro inmediatamente viene a la mente un cuadro que está en la Escuela de Grumetes, que representa al Marinero Fuentealba rescatando de un mar tormentoso a uno de sus compañeros durante la tragedia del año 1965, en el naufragio de la escampavía Janequeo. Es un cuadro impactante y es precisamente lo que viene a la mente cuando uno habla de Robles Acuña en la Armada, sin desconocer los otros cuadros que constituyen ya patrimonio de la Institución y de la Nación. Es eso lo que quisimos reconocer y destacar", manifestó el Contraalmirante Arellano.
En la Institución, la magna obra de este artista pintor está expuesta en unidades y reparticiones navales a lo largo de todo nuestro extenso litoral.
Rebeca Cortés, esposa del pintor, agradeció las palabras del Comandante en Jefe de la Segunda Zona Naval manifestando "él amó a la Armada y vibró en cada una de las vivencias". Inevitable fue recordar sus travesías a la Antártica invitado por la Institución en 1963 y en 1966, en este último viaje su objetivo fue pintar "El Hombre en el continente blanco".
Reseña biográfica del Maestro Héctor Robles Acuña
Este artista autodidacta en sus comienzos nació en Temuco, luego recibió las enseñanzas del gran maestro chileno Benito Rebolledo Correa, de quien es único discípulo. Durante dos períodos, realizó estudios en la Academia de Madrid, fue copista de números en el museo de El Prado y alumno en retrato del maestro español Fernando Álvarez de Sotomayor, quien fue maestro de la famosa generación del13 en nuestro país.
En 1957 expuso sus obras en Madrid y en algunas provincias españolas. Seguidamente recorrió los distintos museos de Europa y parte del África.
A su regreso a Chile, en dos ocasiones visitó la Antártica pintando la grandeza y desolación del continente blanco. Durante su trayectoria artística ha expuesto sus obras en las principales salas del país recibiendo además numerosos premios y distinciones como: Premio Municipal del Arte otorgado en septiembre de 1974, en Concepción y en marzo de 1982, la ciudad de Temuco lo declaró ciudadano meritorio.
No es posible hablar del artista sin mencionar al hombre, aquel vagabundo aventurero que cruzó mares y continentes con su vocación de pintor para ir descubriendo el mundo y contar una historia muy suya a través del pincel.
Su definición pictórica es simple. Una vez el Maestro manifestó "yo pongo en las telas lo que ven mis ojos, con la expresión anímica que los modelos reflejan, busco interpretar el calor humano, el palpitar de la vida, o si se quiere, la presencia espiritual".