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Viernes 27 de junio de 2025

Proyecto Escotillón IV

La construcción del primer buque alcanza el 40% de avance

El proyecto se enmarca en el Plan Nacional Continuo de Construcción Naval, iniciativa clave para la modernización de la industria naval chilena y el fortalecimiento de la capacidad estratégica del país.

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Chile, país principalmente marítimo, cuenta con vastos recursos naturales asociados a su Zona Económica Exclusiva, lo cual ha promovido a la actividad marítima como un área estratégica para el desarrollo del país. Es frente a esta constante y creciente dependencia del mar que la evolución sostenida de los sistemas navales y la diversificación de las amenazas, convierten al cumplimiento de la misión de la Armada en un desafío cada vez más complejo y costoso. Desde 1962 se han sostenido los esfuerzos en torno a desarrollar la construcción naval nacional, como alternativa para dotar de las capacidades que requiere el país para salvaguardar sus intereses marítimos, trayendo consigo un desarrollo e inversión local que ha permitido generar las bases para alcanzar la independencia tecnológica, agente clave para la soberanía nacional de cualquier país.

La Institución, desde 2018, se centró en formular un Plan Nacional Continuo de Construcción Naval (PNCCN) que permitiera satisfacer todos los requerimientos de unidades que necesita Chile, junto con perpetuar y maximizar los
beneficios asociados al desarrollo y consolidación de la industria de construcción naval en suelo nacional, esfuerzos que hoy se materializan en la firma de una Política Nacional de Construcción Naval que recoge y confirma los beneficios de su desarrollo y la ejecución de un proyecto clave para transitar a la futura construcción de buques complejos de combate (plataformas que conllevan tanto las inversiones más sustanciosas, como los mayores beneficios de PNCCN): el proyecto Escotillón IV.

El proyecto está dividido en tres fases, con la construcción de cuatro buques de transporte multipropósito. En la primera
se tiene considerado reemplazar el Transporte “Aquiles”, posteriormente sustituir las actuales barcazas “Rancagua” y “Chacabuco” y, finalmente, el buque multipropósito "Sargento Aldea”.

La primera fase considera la fabricación de dos buques, con una inversión cercana a los 400 millones de dólares y un contrato firmado en agosto de 2022. La construcción del segundo buque está programada para junio de 2025, con entrega estimada para 2030, mientras la segunda y tercera fase contempla la construcción de otras dos naves adicionales.

A la fecha, la primera nave, denominada Plataforma 115, registra un alcance de un 78% de avance en el armado de bloques en grada y un 40% de avance total, y se proyecta su botadura al mar en 2026, para entrar en servicio en 2027.

Sobre este proceso el Jefe del Proyecto de la Plataforma 115 de los Astilleros y Maestranzas de la Armada (ASMAR) Talcahuano, Capitán de Corbeta Sebastián López, destaca que “hemos instalado equipos principales como motores y generadores, y en paralelo trabajamos en la incorporación de componentes menores. También se están haciendo los trabajos de outfitting a bordo del buque para luego comenzar con la instalación de la habitabilidad, paneles, aislación, piso y mobiliario”.

En paralelo, la ingeniería de detalle del proyecto presenta un avance significativo, restando solo tres zonas por revisar y aprobar. Este proceso, desarrollado en conjunto por la Dirección de Programas, Investigación y Desarrollo de la Armada (DIPRIDA) y el Departamento de Construcción Naval de ASMAR, resulta fundamental para asegurar que cada espacio, sistema, componente y sección del buque esté correctamente integrado y cumpla con los más altos estándares de calidad y eficiencia.

Plataforma 116

Mirando hacia el futuro, se espera que durante este año se realice el corte de plancha para la construcción del segundo buque, la Plataforma 116. Este hito marcará el inicio formal de la construcción de la segunda unidad, asegurando la continuidad y el cumplimiento del cronograma establecido para el Proyecto Escotillón IV.

“Un aspecto destacado de estas nuevas unidades es su configuración de maquinaria híbrida, diseñada para ser más eficiente, lo que implica que a la vez son buques más respetuosos con el medio ambiente. Esta característica no solo optimiza el rendimiento operativo, sino que también refleja el compromiso de la Armada con la sostenibilidad y la protección del entorno marítimo”, señala el Capitán de Corbeta Luis Ovalle, Jefe de Proyecto de la Plataforma 116 de la DIPRIDA.

Las nuevas unidades destacan por su versatilidad y capacidades operativas. Entre sus especificaciones técnicas, cuentan con un desplazamiento aproximado de 8 mil toneladas, eslora de 110 metros, manga de 21,8 metros, capacidad para transportar hasta 250 efectivos y una autonomía de 7 mil millas náuticas. Gracias a estas características, los buques podrán desempeñar un rol clave en el transporte estratégico militar y operaciones anfibias. En cuanto a operaciones distintas a la guerra se destacan las capacidades de apoyo humanitario en desastres naturales, apoyo a zonas insulares, transporte de carga a territorio antártico, entre otras capacidades estratégicas.

Además del fortalecimiento de la Armada de Chile, el Proyecto Escotillón IV es prueba de los beneficios del PNCCN en el desarrollo del sector naval y la economía regional. La iniciativa supone una importante inversión en tecnología, infraestructura y generación de empleo, consolidando a ASMAR como un actor clave en la construcción naval chilena.

En resumen, el Proyecto Escotillón IV avanza conforme a lo planificado, representando un progreso importante en el aumento de capacidades operativas de la Armada de Chile. Estas nuevas unidades no solo modernizarán las operaciones anfibias, sino que también ampliarán la versatilidad y eficiencia en una variedad de operaciones, reafirmando el compromiso de la institución con la defensa, el apoyo humanitario y la protección de los intereses marítimos del país.