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Jueves 11 de abril de 2013

Cierre de Campaña Antártica 2012-2013

La misión de un rompehielos y su dotación

El rompehielos “Almirante Óscar Viel” cumple un rol fundamental en la presencia chilena sobre el continente blanco. Trasladar desde y hacia Punta Arenas a las personas y el material necesario para el funcionamiento de distintas bases es sólo parte del trabajo que realizan sus mujeres y hombres. Un desafío extremo en todo sentido. Desde la tierra hasta el hielo.

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El "Viel" durante su comisión en el continente antártico.

Saliendo del Paso Drake -mar que une las corrientes de los océanos Pacífico y Atlántico ocasionando olas de hasta 8 metros-, a 12 nudos de velocidad, el buque de la Armada de Chile, rompehielos "Almirante Óscar Viel", se acerca a la península antártica después de zarpar hace casi 4 días de Punta Arenas, recorriendo 750 millas aproximadamente (1.389 kilómetros).

 

Es la última de las seis comisiones de la Campaña Antártica 2012-2013 y las bases estivales que operan en el continente blanco deben cerrar, para lo que el “Viel” presta apoyo logístico trasladando al personal que trabaja en ellas y el material con que funcionan, además de reabastecer a las bases que permanecen abiertas durante el resto del año.

 

En esta campaña, la número 67, además del “Viel”, han participado desde noviembre el transporte de personal y carga AP “Aquiles” y el remolcador ATF “Lautaro”, de acuerdo al compromiso adquirido por la Armada como soporte para los operadores antárticos tanto nacionales como extranjeros.

 

Es una tarde gris y con  1° C de temperatura comienzan las faenas del rompehielos cuyo nombre se debe al Almirante Óscar Viel, nacido en 1833 y fallecido en 1892, casado con Manuela Cabero quien fuera cuñada del Almirante peruano Miguel Grau. Actualmente su Comandante es el Capitán de Navío Claudio Yañez, quien comenta: "lo más difícil de una comisión como esta es llegar al continente antártico; el Mar de Drake y la distancia no son menores. Ese es el primer obstáculo, pero luego se deben planificar día a día, de acuerdo a la meteorología, todos los procesos que permiten dar el respaldo logístico necesario para que las bases antárticas sigan operando en esta zona tan extrema pero a la vez tan bella".

 

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Capitán de Navío Claudio Yañez, Comandante del "Viel"

La presencia chilena en la Antártica consiste en bases administradas por el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea (FACH) y el Instituto Antártico Chileno (Inach). El primer día de la comisión, el buque se fondea en Bahía Chile -isla Greenwich, archipiélago Shetland del Sur-, donde se encuentra operando todo el año la Base Naval “Arturo Prat”. La dotación recoge en botes de goma a 15 hombres de la Brigada de Reparaciones Antárticas que después de 5 meses volverán a sus hogares. Su trabajo fue asegurar el buen funcionamiento de todos los servicios básicos como electricidad, calefacción, agua potable y sistemas comunicacionales de la base antes que comience el crudo invierno.

 

Pero además, el buque reabastece el lugar con víveres de todo tipo. El Comandante de la base “Prat”, Capitán de Corbeta Hernán Oñate dice que “esta comisión es crucial porque toda la carga que nos traen es lo que usaremos durante el resto del año". Agrega que "hay cosas básicas, por ejemplo una de las dos lavadoras que tenemos se echó a perder y el buque nos trajo ahora la correa necesaria para arreglarla. Hasta hoy éramos 24 personas y se hacía complicado no poder lavar lo suficiente”.

 

La siguiente parada es en Rada Covadonga, donde se ubica la Base O´Higgins del Ejército que se mantiene también todo el año. El “Viel” pasa a buscar a otros 22 miembros de la Brigada de Reparaciones pero esta vez de esa rama de las Fuerzas Armadas. El total de personas es llevado a Bahía Fildes, donde está la base Presidente Eduardo Frei -operada en forma permanente por la FACH- para tomar un avión hacia Punta Arenas. Allí se encuentra la Gobernación Marítima de la Antártica Chilena y opera la Capitanía de Puerto de Bahía Fildes, que funciona igualmente de enero a diciembre con 8 personas. Este es el lugar donde viven 5 familias de personal de la FACH en Villa Las Estrellas.

 

Tanto en la Base O´Higgins como en la Capitanía de Puerto de Bahía Fildes se descargan contenedores con víveres y diversos materiales, pero en la primera hay que sacar además una retroexcavadora de aproximadamente 11 toneladas, que está dividida en 5 partes, mientras que la segunda recibirá, por bombeo desde el buque, el petróleo suficiente para que las comunidades pasen bien los meses de más frío.

 

El Gobernador Marítimo de la Antártica chilena es el Capitán de Fragata LT Juan Marcelo Villegas, quien lleva casi 4 meses en esta Capitanía cuya labor principal es la búsqueda y rescate marítimo y el combate de la contaminación. “El apoyo de todos los buques que participan de la Campaña Antártica es fundamental ya que nos traen los suministros, tanto refrigerados como frescos, y todo lo básico para pasar el año aquí, como es por ejemplo el combustible”, dice.

 

Al preguntarle cuánto tiempo más le gustaría quedarse en la Antártica señala que “ésta ha sido una experiencia muy entretenida y encantado me quedaría, pero obviamente hay que darle la oportunidad al resto de que conozca lo espectacular que es este lugar”.

 

Otro de los destinos del “Viel” fue Bahía Paraíso, donde está la Base Gabriel González Videla también de la FACH, que funciona sólo durante el verano y donde se ubica la Capitanía de Puerto de Bahía Paraíso, dependiente de la Gobernación Marítima de la Antártica Chilena. Allí, ambas ramas de las Fuerzas Armadas viven en la misma casa pero trabajan en forma independiente. El buque recoge a 12 personas y todo el material que debe ser retirado para cerrar el lugar, para llevarlos a Bahía Fildes donde abordarán el avión que los llevará de vuelta al continente.

 

Durante estos meses el trabajo consiste en controlar el tráfico marítimo y también realizar búsqueda y rescate marítimo además de combate de la contaminación en caso de ser necesario. El Capitán de Puerto de Bahía Paraíso, Teniente 2º Rafael Quijada, comenta que “este tipo de comisiones son vitales; a través de los buques obtenemos apoyo logístico, agua y víveres para la temporada" Además resalta el buen ambiente que existe en los buques: "hace meses que no veo a mi familia, pero ya sentir el cálido recibimiento a bordo se siente como una segunda familia”.

 

El Teniente Quijada lleva más de 6 meses conviviendo con la naturaleza extrema y sabe que los verdaderos amos y señores de este lugar son los pingüinos, protagonistas y dueños de esta tierra. Los tipos predominantes en esta época son los Papúa y Barbijo y se pueden apreciar en total libertad, haciendo sentir a las personas que están fuera de contexto. El resto de la fauna llama la atención principalmente por las focas Leopardo y de Weddell.

 

Las partes de un todo

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El Sargento 1º Adolfo Calisto, Contramaestre del buque, cumple un rol fundamental en las maniobras.

La relevancia de esta misión se refleja en el trabajo que realiza cada persona de su dotación. El Sargento 1º Adolfo Calisto, por ejemplo, cumple un rol clave por ser el Contramaestre del buque y encargado de las maniobras, entre otras cosas.

 

Existen tres maneras de trasladar carga: en la Skua o plataforma con motor, que sirve para contenedores, tambores de combustible o carga mayor como fierro; en helicóptero que es para mover personas y carga granel, o en un bote de goma que es para lo mismo.

 

El Sargento Calisto trabaja en la División de Maniobras o "Quilla", en conjunto con el embarcador quien es el que debe comunicarle qué cantidad y tipo de carga o contenedores van a llegar al buque para que él pueda decidir dónde los ubica.

 

Sobre el trabajo que realiza en esta oportunidad, dice que “todas las comisiones son importantes porque tienen el mismo riesgo; estamos maniobrando en la parte más peligrosa de la Tierra, no sólo por las bajas temperaturas si no porque un hielo a la deriva es un peligro para el buque. Además es riesgoso para el personal, porque con tanto frío baja el nivel de atención de las personas, pero más allá de eso es muy relevante el apoyo que presta el buque para todas las bases en cuento a transporte de gente y de carga”.

 

Este es su segundo año en el “Viel” y ha estado cinco veces en la Antártica. “Para mí es un gusto estar sirviendo aquí. Es interesante conformar el grupo humano a bordo porque cada tripulante es parte de un equipo que opera en condiciones extremas”.

 

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Esta faena muestra cómo se saca del buque una retroexcavadora para llevarla hasta tierra.

Igual de apasionado por su trabajo es el meteorólogo Juan Carlos López, del Centro Meteorológico de la Armada en Punta Arenas, quien es el encargado de entregar al Comandante del buque un informe del tiempo dos veces al día, lo que permite tomar decisiones anticipadas en cuanto a las faenas optimizando tiempos y efectividad del trabajo.

 

“Lo más importante a considerar es la visibilidad y el viento. Por ejemplo, los botes de goma no pueden salir a navegar con más de 25 nudos de viento y al realizar un pronóstico se pueden determinar las condiciones climáticas de las bases que se abastecerán, para así decidir por dónde empezar”, explica.

 

Para eso, él baja información cada 12 horas desde internet -cantidad mínima para un lugar como la Antártica, con condiciones tan variables-, pero si bien el buque cuenta con toda la disponibilidad técnica existe un límite económico para acceder a la web, lo que significa una restricción en comparación con un trabajo hecho desde tierra donde hay acceso libre y normalmente se bajan datos cada 15 minutos, frecuencia óptima para tener precisión.

 

Ahí es donde su experiencia profesional de 13 años como meteorólogo cobra valor. Usa una imagen satelital que muestra qué está ocurriendo actualmente en un lugar determinado -como una fotografía- y en este caso examina el sur de América, el Mar de Drake y la península antártica para finalmente asesorar al Comandante para tomar decisiones.

 

El amigo cuando es forastero

Existen diversas estaciones antárticas diseminadas por el archipiélago de las Shetland del Sur. En la isla Rey Jorge, una de las más grandes del continente blanco, están las bases de China, llamada "Gran Muralla de China", la de Uruguay, llamada "Teniente Artigas", y la de Rusia, denominada "Bellinghausen". Todas en la Bahía Fildes.

 

La cooperación mutua entre países es pan de cada día. Por ejemplo, existe una cordial relación entre la Armada de Chile y la base china. Este verano el “Viel” trajo en su comisión pasada 3 contenedores para ellos y a su vez los chinos facilitaron al buque la panga; una plataforma como la Skua pero el doble de grande, que aunque requiere menos intensidad de viento por no contar con motor y tenerse que empujar con dos botes, sirve mucho para agilizar la faena cuando hay buenas condiciones climáticas.

 

Yu Yong, Jefe de la estación china, nos recibe cordialmente y nos comenta en inglés que “los chilenos son muy amigables. Nosotros los invitamos a la base y jugamos básquetbol y ping-pong”.

 

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Los helicópetros trasladan carga desde y hacia el buque, cumpliendo una relevante labor.

El Comandante Villegas cuenta que durante el verano hay mucha actividad con visitas de diversos países, pero en el invierno hay menos movimiento, “por eso nos pusimos de acuerdo entre las cuatro bases para realizar una actividad semanal en conjunto, ya sea recreativa o deportiva, con comidas típicas, etc.”.

 

Sería imposible mencionar todo lo que se realiza en una comisión de estas envergaduras, ni todas las personas que participan, pero estando aquí es fácil entender por qué la Antártica atrae los ojos del mundo cada vez más, y no sólo por ser la reserva de agua dulce más grande del planeta.

 

Hace un mes y hoy nuevamente, se corre por estos suelos una maratón. Aficionados de todas partes del mundo se inscriben para realizar una carrera austral que les permita experimentar un escenario geográfico sorprendente y enfrentarse a un desafío extremo.

 

Ya en enero el Presidente de la República, Sebastián Piñera, visitó y dejó una placa conmemorativa en el lugar donde se construirá una nueva base en Glaciar Unión -Círculo Polar Antártico-, a 3.020 km de Punta Arenas y a 1.140 km del Polo Sur, destinada a exploración científica y geográfica como parte de un plan de fortalecimiento de la soberanía en la zona.

 

Actualmente, por iniciativa de la Corporación del Patrimonio Marítimo de Chile y la Universidad de Harvard, existe un proyecto de creación de un museo naval en la Antártica para impulsar la actividad turística y científica difundiendo en imágenes y objetos la historia de Chile en el lugar.

 

El turismo va en constante aumento con los cruceros que traen cerca de 28 mil personas de diversas naciones cada temporada, que vienen a conocer este paraíso poco explorado y contaminado por el humano. Pero en los meses de invierno no se realizan visitas y se comienzan a sentir el frio y el silencio.

 

Hoy es Sábado Santo y el penúltimo día de marzo; hace nueve que se terminó el verano. Hay bases que se cierran y personas que se van. Los compatriotas que se quedan aquí permanecerán todo el año, trabajando, apoyándose unos a otros y asombrándose cada día con la imponente y a la vez cautivadora personalidad del continente blanco. Sólo serán ellos y el hielo hasta la próxima Campaña Antártica, cuando se vea el primer buque de la Armada de Chile en el horizonte.