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Jueves 16 de enero de 2014

Jorge O´Brien

Capitán de Corbeta

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Jorge O´Brien

Heroico Comandante de la fragata "Lautaro", con la que abordó a la fragata española "Esmeralda" el 27 de abril de 1818, muriendo sobre su cubierta.

Fue el primer Oficial de la Marina que sacrificó su vida en un combate al abordaje, luchando por las glorias de la bandera de Chile en el mar, legando con ello un ejemplo al país. Es considerado como el iniciador de los hechos gloriosos de la Escuadra chilena.

Jorge O'Brien era un joven irlandés de menos de treinta años de edad, que había pertenecido a la Real Marina Británica, donde llegó al grado de Teniente, siendo separado por faltas a la disciplina, causadas por su carácter arrebatado y ardoroso, primando el deseo de hacer su voluntad frente a órdenes dilatorias o prudentes.

Llegado a Chile como piloto de un barco mercante, se encontró de paso en Valparaíso en los días en que se veía venir un encuentro armado, entre la fragata norteamericana "Essex" y la flotilla británica formada por la fragata "Phoebe", la corbeta "Cherub" y el bergantín "Racoon", que había llegado a Valparaíso en febrero de 1814, encontrándose en el puerto con el buque norteamericano.

Como ambas naciones en esa fechas estaban en guerra, la tensión era grande y sólo el respeto por la neutralidad chilena, impedía que ambos contenedores se batieran. O'Brien, como ex marino de guerra británico, se presentó a bordo de la "Phoebe", buque insignia del Comodoro Hylliar, a quien ofreció sus servicios, lo que fue aceptado de inmediato. Después de esto, O'Brien continuó en el cabotaje comercial en la costa de Chile.

Pasaron cuatro años, y el 04 de abril de 1818 el Gobernador Francisco Calderón compraba la fragata "Windham" en nombre del gobierno. Se le elevó el número de cañones a 44 y se le designó una guarnición de artillería de Marina capitaneada por Guillermo Miller. Como Comandante del buque, que pasó a denominarse "Lautaro", se nombró a Jorge O'Brien, de quien se tuvo referencias por quienes habían comerciado con él y por su conocida actuación en la fragata "Phoebe".

La intención inicial fue destinar a la "Lautaro" en comisiones de corso, pero la irritante presencia de buques españoles bloqueando Valparaíso le hizo al gobierno cambiar de actitud y concibió un plan para atacar a los buques enemigos.

El 26 de abril de 1818, al caer la tarde, salía la "Lautaro" de Valparaíso con bandera inglesa y con instrucciones de adiestrar primero a la gente, antes de tomar una determinación ofensiva contra los buques bloqueadores, pero el Capitán O'Brien, con su carácter impetuoso, se desentendió de esas instrucciones, a las que de hecho no se guió sino sólo en lo fundamental, que era la captura o destrucción de naves enemigas.

Al día siguiente, el 27 de abril, encontró frente a la punta Curaumilla, frente a Valparaíso, a las naves que buscaba y les presentó combate.

La "Lautaro" descargó sobre la fragata "Esmeralda" tres descargas sucesivas, mientras cambiaba la bandera inglesa por el pabellón nacional. Sin darle tiempo a que contestara el ataque, la embistió para abordarla, con tal fuerza que el bauprés quedó incrustado en el aparejo del palo mesana de la fragata española.

O'Brien, arrastrado por su ímpetu combativo, tomó a su cargo la primera partida de abordaje, que las instrucciones le ordenaban entregar a su Segundo, Teniente José Argent Turner, con lo cual la victoria pudo ser completa.

Seguido por el Teniente Walter y veinticinco tripulantes, pasaron por el bauprés sobre el alcázar de la "Esmeralda" y acto seguido arriaron la bandera española, mientras el enemigo desconcentrado se retiraba a la cubierta principal, largándose por las escotillas al entrepuente.

Los soldados de la guarnición de Miller, apostados en el castillo y las cofas, hacían nutrido fuego de fusil y así O'Brien quedó en plena posesión del buque.

Tan pronto se había arriado la bandera enemiga, un golpe de mar separó a los dos buques, sin que hubiesen podido pasar a la "Esmeralda", sino los pocos hombres que siguieron a O'Brien.

El Teniente José Argent Turner, en quien recayó el mando de la "Lautaro", al verse separado de la "Esmeralda" y observar que ésta había arriado su bandera, la consideró tomada, con lo que, contentándose con despachar un bote con 18 hombres para reforzar a O'Brien, se dirigió contra el bergantín "Pezuela", acompañante de la "Esmeralda" y que, siendo espectador de cuanto pasaba, se disponía a emprender la fuga.

Pronto llegó la "Lautaro" sobre el bergantín arrió su bandera a la primera descarga. Se disponía Turner a tomar posesión de la presa cuando vio que la "Esmeralda" volvía a izar el pabellón español. ¿Que había pasado?.

Dándose cuenta la tripulación de la "Esmeralda" del reducido número de abordadores, volvió en sí y tomó la contraofensiva, cayendo sobre éstos en número abrumador, al mismo tiempo que por las escotillas se les hacía un vivo fuego de pistola y fusil. Uno de los primeros en caer con un balazo en el pecho fue el Comandante O'Brien, quien se derribó exánime para no levantarse más, no sin antes balbucear a los suyos: "Never leave her my boys; the ship is ours". (nunca la abandonen muchachos, la nave es nuestra).

Con la muerte de O'Brien y muchos de los asaltantes, el Comandante español Luis Coig recuperó el mando de su buque e izó nuevamente la bandera de España, escapando a Talcahuano en compañía del bergantín "Pezuela".

La "Lautaro" regresó al puerto con bandera a media asta, portadora de la triste noticia de la muerte de su bravo comandante. Pero traía consigo al bergantín "San Miguel", apresado en el camino, en el que escapaban al Perú opulentos realistas de Talcahuano, cuyo rescate sirvió para pagar parte del valor de la "Lautaro" y el sueldo de sus tripulantes.

Aún cuando el Capitán O'Brien había servido solamente 23 días a la República, su viuda recibió una pensión del Estado y participó en el reparto de la presa por la captura del "San Miguel", según lo anota don Bernardo O'Higgins Riquelme en su correspondencia desde Montalván, el 02 de junio de 1827, dirigida a John Thomas Nowlan (Epistolario de O'Higgins, Tomo II p.91).

La muerte de este preclaro marino habría de ser un aliciente dos años después para los marinos de Lord Thomas Alexander Cochrane, al ser abordada la fragata "Esmeralda" en El Callao y largar sus velas bajo nuestro pabellón. La sangre derramada por O'Brien quedó así dignificada una vez más en la historia.