Lunes 24 de septiembre de 2018
Investigadores van en búsqueda de respuestas geológicas al sur del Chile
Durante el desarrollo del Crucero, los investigadores obtendrán datos del fondo marino tanto en la zona interior como exterior de canales, desde el seno Reloncaví hasta el Golfo de Penas.
A bordo del Buque Oceanográfico de la Armada de Chile AGS 61 "Cabo de Hornos", 19 investigadores junto a personal del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), iniciarán el Crucero CIMAR 24 Fiordos, el que por primera vez realizará estudios geológicos – bentónicos en la zona de la Falla Liquiñe - Ofqui y el Punto de Triple Unión de Placas Tectónicas.
Para esta campaña oceanográfica, que se inicia el día 24 de septiembre y que tendrá una duración de 25 días, participarán siete proyectos de investigación de cinco instituciones miembros del Comité Oceanográfico Nacional (CONA), contemplando 24 Estaciones Oceanográficas en los fiordos y 5 áreas donde se desarrollarán principalmente estudios geofísicos y geológicos.
En este aspecto, el comandante del Buque Cabo de Hornos, Capitán de Fragata Claudio Muñoz, indicó la importancia que reviste este Crucero para la Armada, ya que es la primera expedición geológica marina que se realiza en el país. "El Buque Oceanográfico, a través de sus capacidades técnicas y profesionales, aportará a la comunidad científica para poder desarrollar los diferentes estudios que están contemplados, permitiendo obtener información a los científicos nacionales y ampliar los conocimientos con los que actualmente cuentan, además de proporcionar conclusiones estratégicas que aportan al desarrollo de Chile", indicó.
Durante el desarrollo del Crucero, los investigadores obtendrán datos del fondo marino tanto en la zona interior como exterior de canales, desde el seno Reloncaví hasta el Golfo de Penas, tendientes a evaluar el peligro sísmico en las estructuras del margen continental y fallas submarinas; obtener el registro de eventos sísmicos mayores; determinar elementos que actúan en el modelado de los cañones submarinos y sus implicancias en peligros geológicos asociados y conocer el potencial de recursos minerales del fondo marino chileno; proyectos que han llamado la atención entre otras instituciones de la International Seabed Authority.
Por otra parte, el incremento a nivel global de la Floración de las Algas Nocivas (FAN) o Marea Roja y su efecto negativo en la extracción de los recursos en la zona de estudio y en la economía del país, motivó a investigadores a presentar un proyecto que busca conocer la diversidad y abundancia de microalgas productoras de toxinas, así como identificar los patrones de distribución en los fiordos y áreas comúnmente afectadas.
Para el Doctor Rodrigo Fernández de la Universidad de Chile, el desarrollo de estos proyectos que por primera vez se realizan en Chile, debieran ser el inicio para futuras investigaciones dado el desconocimiento del fondo marino chileno. "Desde el punto de vista científico, existe la expectativa de obtener datos importantes de la ocurrencia o recurrencia de grandes terremotos en la zona sur; como así también verificar la existencia de recursos minerales en nuestras costas que puedan servir al país".
El Jefe Científico del CIMAR 24 Fiordos, Doctor Cristián Rodrigo Ramírez destacó la importancia que tiene este tipo de programas de investigación marina y particularmente el que se realizará este año. "Chile es un país minero y los geólogos trabajan enfocados en el continente y no miran hacia el mar. Este sería el primer llamado a que se interesen en la investigación marina porque tiene mucho potencial en recursos energéticos, recursos minerales y los riesgos geológicos asociados a Terremotos y Tsunamis".
El desarrollo del Crucero CIMAR 24 Fiordos, al igual que las expediciones que desde 1995 viene coordinando la Armada de Chile por medio del CONA, tiene por finalidad estudiar en forma multidisciplinaria aspectos oceanográficos, de biodiversidad y de morfología submarina en zonas remotas, donde el conocimiento del medio ambiente marino tiene una fuerte influencia en el desarrollo socio-económico sustentable de las comunidades locales del país, considerando los amplios espacios de estudio y los distintos procesos que ocurren en ellos, constituyendo un enorme desafío y esfuerzo, tanto de investigación como de integración de información, que amerita la inmensidad de nuestro océano.