Viernes 8 de abril de 2011
Vicealmirante Larrañaga dictó clase magistral en la Universidad Andrés Bello en Talcahuano
Talcahuano. Departamento de Relaciones Públicas de la Segunda Zona Naval. El Director General del Territorio Marítimo y Marina Mercante, Vicealmirante Enrique Larrañaga Martin inauguró el año académico en la Universidad Nacional Andrés Bello, sede Talcahuano, donde dictó la clase magistral "Los desafíos de la región del Bío Bío en el sector industrial y marítimo. Una mirada al Asía-Pacífico".
Esta actividad académica tuvo lugar en el auditorio Gonzalo Rojas, donde se reunieron autoridades de diversos ámbitos, principalmente académicos y alumnos de la casa de estudios superiores.
En su exposición el Vicealmirante Larrañaga abordó temas relacionados al rol de Autoridad Marítima que cumple la Armada de Chile, describió el territorio oceánico que le corresponde resguardar al Estado chileno y las múltiples responsabilidades que ello implica. Luego se refirió a la organización y al quehacer de la Autoridad Marítima, a nivel nacional como regional, puntualizando las tres grandes áreas de trabajo en las cuales actúan, como son proteger la vida humana en la mar, el medio ambiente acuático y los recursos naturales marinos. A lo que se suma la regulación de las actividades que se desarrollan en las áreas jurisdiccionales, para lo cual se relacionan con todos los poderes del Estado de manera directa y con diversas organizaciones internacionales. Posteriormente detalló los desafíos que se presentan para la industria que tiene relación con el mar, fundamentalmente la pesca y el transporte marítimo.
Sector industrial y marítimo de la Región del Bío Bío
En este contexto, el Vicealmirante Larrañaga señaló que diversos factores han incidido en el desarrollo económico que se venía dando en forma inalterable desde 2003 a la fecha. Entre ellos mencionó la crisis económica del año 2009, la que tuvo fuerte impacto en el tráfico marítimo, reduciendo en forma significativa la recalada de buques y el intercambio comercial. El terremoto y maremoto del 27 de febrero impactó en forma directa la pesca. El tsunami de Japón, que tuvo repercusiones en Chile y en los dos últimos años la industria pesquera se vio enfrentada a la crisis derivada de la disminución de las especies y las cuotas de captura del jurel, lo que ha significado que en nivel de tonelaje las exportaciones disminuyeran alrededor del 40 por ciento en los últimos cinco años.
Indicó que la región del Bío Bío es la segunda más importante en términos de exportaciones de pesca y acuícola en Chile, con un 19 por ciento del tonelaje que se moviliza hacia el exterior. "La tendencia respecto a las exportaciones era entorno a las 500 mil toneladas, pero el 2010, producto en parte al terremoto, se redujeron aproximadamente en un 40 por ciento a causa del daño que sufrieron las embarcaciones, la disminución de la pesca artesanal y la destrucción de los terminales pesqueros y las plantas procesadoras, recuperándose estas últimas en un 90 por ciento.
A esto se suma una baja disponibilidad del producto en las áreas de pesca debido a la sobreexplotación, lo que se seguirá presentando producto de la baja sustantiva en las cuotas de captura, las que de un millón 800 mil toneladas disminuyeron a 315 mil distribuidas a lo largo de todo el país, quedando para la región centro sur un total de 224 mil y el resto para el norte, siendo muy inferior que lo asignado en años anteriores".
Para desenvolverse en medio de este escenario, señaló que los desafíos en el ámbito de la pesca están orientados a enfrentar la disminución de las cuotas con mayor eficiencia en la producción, diversificar los productos hacia el consumo humano directo, lo que tiene mayores ventajas económicas para las empresas. "La región del Bío Bío tiene la obligación de liderar el sector pesquero nacional para ser el más relevante en las exportaciones hacia el Asía-Pacífico. Aquí está la infraestructura, la capacidad, el conocimiento y todo el potencial para ser los primeros en Chile.
Aprovechando las iniciativas privadas, se puede retomar e incrementar - en el más breve plazo- los niveles de productividad que había con anterioridad al 27 de febrero. Todas las señales indican que esto va bien encaminado gracias al esfuerzo mancomunado de los empresarios y los trabajadores".
En el ámbito del transporte marítimo, el Vicealmirante Larrañaga señaló que como Autoridad Marítima juegan un rol fundamental en la seguridad, la que involucra cuatro áreas. Lo primero es que se cuenta con una cartografía moderna proporcionada por el Servicio Hidrográfico. Se operan y se mantienen más de 1000 faros distribuidos a lo largo de la costa de Chile. Se cuenta con un servicio de pilotaje y practicaje y con un sistema de verificación del panorama de superficie, que se encuentra centralizado en la Dirección de Seguridad y Operaciones Marítimas.
El segundo rol está orientado a la nave a través del Servicio de Inspecciones Marítimas, de manera que los buques extranjeros que llegan a territorio nacional cumplan con la normativa internacional y no sean una competencia desleal para los armadores nacionales. "En la región del Bío Bío es la Gobernación Marítima de Talcahuano la encargada de realizar estas acciones y durante el año pasado se efectuaron 136 inspecciones a buques extranjeros, 1298 a buques nacionales y 6505 a naves menores".
Un tercer aspecto está enfocado al factor humano, donde se controla la idoneidad profesional del personal que trabaja en la Marina Mercante. Para ello, el Centro de Instrucción Marítima, en Valparaíso, imparte cursos de formación, capacitación y educación, titulando y certificando a la gente que incursiona en el ámbito marítimo.
El último rol se relaciona con la protección de las instalaciones de los puertos, muelles y terminales y con la seguridad en la ejecución de las faenas, para evitar entre otras cosas hechos de carácter terrorista. "En este orden global los líderes del APEC, en octubre de 2002 establecieron un acuerdo orientado a incrementar los niveles de protección en estas instalaciones, en los buques y a mejorar la tecnología".
En este sentido, el Director General del Territorio Marítimo destacó que los complejos portuarios de la región, ubicados en Lirquén, San Vicente, Coronel y Talcahuano cumplen a cabalidad con la normativa legal vigente, lo que permite que estén certificados y calificados por la Organización Marítima Internacional (OMI) y no representen ninguna restricción para la recalada de buques de ninguna bandera. "Su condición de puertos seguros y bien administrados permitió que la carga regional movilizada el año pasado llegara a un 20 por ciento del total nacional, con más de 16 millones de toneladas".
La Autoridad Marítima nacional resaltó que el desafío en el tráfico marítimo está dado en mantener e incrementar el nivel de excelencia demostrado a la fecha; aumentar los niveles de transferencia, manteniendo los estándares internacionales de seguridad y optimizando las instalaciones existen, y por último recuperar los niveles de exportación a Japón, dada la mayor necesidad que tendrá esta nación luego del terremoto y tsunami.