Miércoles 9 de diciembre de 2020
La importancia del constante de los hielos marinos en la Península Antártica
El Centro Meteorológico Marítimo de Punta Arenas, el más austral de la Armada de Chile, cuenta con una sección de glaciología, la cual está encabezada por el Empleado Civil Ismael Escobar Olivares de profesión Meteorólogo y Magíster en Ciencias Antárticas Mención Glaciología, junto a los Marineros Primero Meteorólogos Franco Torres y Matías Teihuel, quienes son los encargados de generar semanalmente 06 cartas de hielo marino, monitoreando la Península Antártica hasta Bahía Margarita, principal área de operaciones durante el periodo estival de la Armada de Chile en apoyo a la actividad científica.
Se entiende por hielo marino a la congelación del agua de mar debido a la disminución de la temperatura del agua bajo -1.8 ºC y la presencia de trozos de hielo de variadas dimensiones flotando a la deriva debido al desprendimiento desde los glaciares terrestres y plataformas de hielo, más conocidos como témpanos o icebergs.
El hielo marino presente en las aguas antárticas tiene una variabilidad anual en su extensión de cobertura horizontal, alcanzando durante el mes de marzo el mínimo y durante el mes de septiembre el máximo.
Durante el año 2014, en el mes de septiembre la extensión máxima del hielo marino en toda la Antártica alcanzó casi 20 millones de km2, desde esa fecha la tendencia general ha sido negativa, sin embargo, durante este año 2020 se ha observado que a finales del mes de noviembre aún existen sectores cubiertos por hielo marino, como por ejemplo en la Bahía Chile, donde se encuentra la Base Prat se ha reportado una concentración de 4/10 décimos de hielo marino, lo que significa que prácticamente la mitad de bahía se encontraba congelada en el sector de la Ensenada Iquique al 25 de noviembre 2020 y Rada Covadonga donde se ubica la Base O’Higgins ha presentado varios témpanos (icebergs) en el área. Estos hielos varían en su concentración total debido a la dirección e intensidad del viento desplazándolos hacia el continente o hacia el Estrecho Bransfield.
Al respecto, el Jefe del Centro Meteorológico Marítimo de Punta Arenas, Teniente Primero Felipe Rifo Espósito aseguró que “la presencia de hielo marino junto con los cambios en las condiciones meteorológicas, son algunas de las variables que aumentan constantemente el riesgo a la navegación en aguas antárticas, por lo tanto, contar con un constante monitoreo de forma remota a través de imágenes satelitales de radar de alta resolución, observaciones recopiladas desde las bases antárticas chilenas y generación de cartas glaciológicas, nos permite aportar con uno de los roles más relevantes de la Armada de Chile, salvaguardar la vida humana en el mar”.
Además, la teledetección a través del sensor de Radar de Apertura Sintética (SAR) instalado en satélites como Sentinel dependiente de la Agencia Espacial Europea (ESA) y TerraSAR-X (TSX) de la Agencia Espacial Alemana (DLR) han permitido visualizar la presencia de hielo marino durante todo el año identificando potenciales peligros a la navegación. Actualmente, se cuenta con la colaboración de la Agencia Espacial Alemana (DLR) permitiendo utilizar datos del satélite TerraSAR-X (TSX) a través del Proyecto Científico OCE2664, favoreciendo la detección de hielo marino presente en la península, pieza fundamental en la programación de las actividades marítimas en apoyo a la logística Antártica. Toda esta información se encuentra publicada en página web de meteorología http://web.directemar.cl/met/jturno/indice/index.htm#Hielos