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Martes 6 de octubre de 2015

Carrera, SS 22.

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Carrera, SS 22.

El escudo es del tipo español antiguo de medio punto, cuartelado en aspa, similar en forma, dimensiones, corona y rebordes al escudo oficial de la Armada de Chile.

Sus formas son balanceadas y simétricas respecto de sus cuarteles, entregando un claro mensaje de compromiso por parte de su dotación. Así, simboliza a la unidad de combate guerrera por excelencia, y al espíritu de sus dotaciones, el cual es imposible mancillar.

Lleva por timbre la corona naval y una bordura que rodea el campo del escudo, en metal oro y con inscripción “ARMADA DE CHILE” en el centro del jefe, en letras del mismo meta ribeteadas.

El campo del escudo se encuentra cuartelado a través de un par de espadas con sus hojas en metal plata y empuñadura en metal oro, puestas en “sotuer” y colocadas en banda, las que representan el emblema de los Regimientos de Húsares (tiene su origen en Hungría, donde a los soldados de caballería ligera del Siglo XV se les conocía con ese nombre), lugar en que sirvió el Teniente Don José Miguel Carrera y Verdugo hacia el año 1809: la primera y tercera son azur (azul), color que simboliza la justicia, el celo y la lealtad de sus dotaciones, quienes al servicio de la Patria, entregarán hasta la vida si ésta así lo demanda. Por su parte, la segunda y cuarta son “gules” (rojo), color que caracteriza la fortaleza, valor, osadía y el honor a toda prueba de quienes tripulan la Unidad.

En palo y en el punto de honor del campo, se colocan 4 estrellas en metal plata, que conforman la Cruz del Sur, la que constituye la constelación más notable del hemisferio simbolizando la firmeza del rumbo que orienta con elocuencia la senda del cumplimiento del deber, tras el objetivo definido.

Asimismo, y también en palo, ubicado en el punto de pretensión del campo, se coloca el mar, representado por 3 ondas en metal plata (blanco), que caracteriza la firmeza de la derrota del submarino, el sentido de vigilancia y la obediencia de la dotación, simbolizando los 7 mares como un fiel indicativo de que el campo de acción del submarino no conoce límites; desde el centro del mismo cuadrante, emerge el hipocampo en metal oro, reflejando la aflorada triunfante, segura, decidida y fuerte desde las inmensidades de las profundidades, hacia la superficie del mar, tras haber cumplido con eficacia la misión encomendada. Su presencia en el escudo refleja la antorcha inextinguible que dice que se debe vigilar y venerar el sentimiento de lealtad que es tradicional y orgullo de la Fuerza de Submarinos de la Armada de Chile.

En fala y adiestrada, se coloca el emblema de la Cruz de Talavera en metal oro, máxima distinción recibida por el Coronel Don José Miguel Carrera y Verdugo mientras sirvió en el Regimiento de los Húsares en España el año 1809, año en que participó en la gran Batalla de Talavera, luchando contra las fuerzas francesas, alcanzando finalmente la victoria. También en faja, pero siniestrada, se coloca un lobo pasante en metal oro (amarillo), que representa la astucia y el concepto de trabajo en equipo de la dotación, incipiente Patria es motivo de orgullo nacional, que con espíritu agresivo y su decidido accionar, generó un sentir de temeridad en el adversario.

También en punta, y bajo el nombre de la Unidad, como divisa, se coloca la trascendente y sabia leyenda “AUT CONSILLIO, AUT ENSE”, en faja de metal oro y letras de color negro, la cual proviene del latín y se traduce como “Por consejo o espada”. Ésta obtuvo s lugar de distinción en el primero Escudo Nacional, creado por el ilustre patriota, General Don José Miguel Carrera y Verdugo, durante su mandato como Presidente de la Primera Junta de Gobierno, y que fuera exhibido, por primera vez, el 30 de septiembre de 1812 frente a la casa de La Moneda. El mensaje transmitido se orienta a indicar que el período de opresión colonial había sido dejado atrás, y que el nuevo criterio libertario, impulsado con fuerza sólo por algunos bravos y valientes reconocidos próceres, sería impuesto por convencimiento (por la razón) u obligatoriamente (por la fuerza).